Parte 1. En la industria del cine estadounidense el año está planificado. En invierno se lanzan películas con la misión de recibir premios en los festivales importantes y de los gremios técnicos de la industria, como los sindicatos de actores, guionistas, productores, etc., para ganar peso y conseguir los mayores premios Oscar posibles.
En primavera aquellos títulos que no tienen, en un principio, la posibilidad ni de ganar premios ni de ser taquillera. En otoño la situación es similar pero las películas artísticas premiables empiezan a asomar en la cartelera. Pero hoy nos vamos a parar en la mitad de año y exponer el fenómeno que puede ocasionar el cambio de dinámica a la hora de producir y estrenar los blockbusters, películas que arrastra a la gente a las salas de cine. Y que con las dos películas que componen este Barbenheimer se puede crear un precedente para poder cambiar el modo de producir y estrenar estas cintas comerciales que se estrenan en verano.
Apuntes sobre este verano tan aciago para las superproducciones.
La época veraniega es donde se estrenan las películas con un corte más comercial. producciones muy ambiciosas en la idea de recaudar grandes cantidades de dinero, invirtiendo cada año más millones que el anterior, haciendo por consiguiente que la rentabilidad sea más complicada de lograr. Se ha establecido como algo normal que las películas tienen que llegar y superar la cifra de los mil millones de dólares. Lo que antes era un suceso extraordinario, que solo pocas cintas pueden conseguir, ahora todas las películas que se estrenen en verano han de sobrepasar la cifra máxima anterior. Y desde que salimos del confinamiento del Covid-19, la industria del cine se enfrenta a varios problemas.
Lo primero es la acumulación de películas comerciales. Al retrasar el estreno para esperar un momento más propicio, y que las salas se vuelvan a llenar, ha originado que se atasquen las producciones y para liberar espacio, se estrenen de sopetón varias, haciendo que no todas ganen y la ganadora recaude menos al tener tanta competencia. Se ha llegado al pico este 2023 cuando vemos en el calendario de estrenos dos o tres películas potentes que se han estrenado a la vez o con una semana de diferencia, con el resultado de que todas pierden. El público no va a acudir a las salas de cine cuatro veces al mes, ya que este entretenimiento, sobre todo para las familias que estén compuestas por varios miembros, se ha ido encareciendo con los años.
Al haber tantas producciones evento juntas, se pierde el estatus de acontecimiento. Cuando una cinta con un carácter importante se estrena en solitario, el aura de que es obligatorio verla en cines adquiere esa importancia. Este año hay demasiadas y películas que tenían esa etiqueta añadida se han vuelto corrientes, han perdido esta mística.
Y franquicias que ya han perdido el favor del público están en un brete muy importante, un círculo vicioso que es el segundo punto: el presupuesto.
Los blockbusters han ido aumentando el presupuesto de un tiempo a esta parte. Y no porque esté destinado a los efectos especiales, decorados, maquillaje o CGI, sino para el sueldo de los actores. Una característica negativa que está sucediendo desde principios de este siglo, es que se han popularizado las franquicias. El éxito y aceptación popular de películas con una clara continuidad, donde la historia se va contando de una película a otra, incluso se ramifica en productos derivados, creando un todo, ha ocasionado que el elenco actoral sea consistente. Y eso origina que los sueldos crezcan conforme el número de las cintas crece.
Las secuelas han existido desde siempre. Ya hemos hablado en otros artículos de los Universal Classic Monsters, o de la longeva franquicia 007; o de La jungla de cristal como películas que tienen al mismo personaje principal pero que sus títulos suelen ser auto-conclusivos, no suelen alargar una trama, sino una aventura nueva en cada entrega. Desde que debutó Iron man en 2008 y las películas que conforman el Universo Cinemático Marvel (UCM), amasando grandes cantidades de dinero y con mucho ruido en redes sociales, han hecho que la cultura popular crezca con los personajes de cómic, algo muy de nicho en la cultura pop, quitando al trío más importante: Spider-man, Batman y Superman.
Con este precedente, franquicias asentadas empezaron a crear su propia historia río. Jurassick Park, Misión Imposible o el arco de Daniel Craig como James Bond copiaron con gran aceptación este modo de crear historias, especialmente en las películas de Tom Cruise y del agente secreto británico. Sin olvidarnos de cómo una saga como la de Fast and Furious rompió la taquilla en su quinta entrega. También quisieron copiar de manera forzada y apresurada este modelo y fracasaron, ejemplos claros son los de Universal con los monstruos clásicos y Warner con los cómics de DC. No todo puede funcionar, claro.
El presupuesto de estas películas ha ido creciendo de manera espectacular porque se volvió normal que estas cintas recaudasen cifras cercanas a los mil millones, incluso superándola en varias ocasiones. Los estudios se acostumbraron a alcanzar estas cifras de taquilla, y ven como un fracaso cuando no se alcanza la cifra a la que creían llegar. Hay que explicar varios conceptos que explican por qué es un fracaso cuando se ha recaudado, por ejemplo, 800 millones.
En un presupuesto de 350 millones no está metido el dinero destinado a publicidad, que suelen rodar los 100 o 150 millones. Ya nos vamos a casi 500 millones. Solo para recuperar costes hay que alcanzar esta cifra, y doblarla para poder hablar de beneficios. Además hay que apuntar que las salas de cine se quedan con un porcentaje de la taquilla; y también si alguna superestrella tiene una clausula donde cobra un porcentaje de la taquilla. Esto hace que el monto final no vaya íntegro a la productora, o varias, como suele ser normal para poder afrontar el presupuesto. Con esto, se entiende que haya que romper la barrera de los mil millones para poder hablar de beneficios. Menos de esa cifra es un fracaso.
Retomando la idea principal, este 2023 ha habido un aluvión de estrenos de películas evento, que ha hecho que la mayoría de ellas haya pinchado. Una tendencia que se veía venir desde que acabó el confinamiento y que este año ha terminado por reventar. Veamos un listado de películas destacadas que iban a romper la taquilla y que no cumplieron para nada las expectativas:
Fast X: Presupuesto: 340M; Recauda: 718M
Misión imposible 7: Presupuesto: 290M; Recauda: 600M
La sirenita: Presupuesto: 250M; Recauda: 568M
Transformers: Presupuesto: 195M; Recauda: 438M
Megalodón 2: Presupuesto: 139M; Recauda: 384M
Indiana Jones 5: Presupuesto: 300M; Recauda: 381M
The Flash: Presupuesto: 200M; Recauda: 268M
Shazam 2: Presupuesto: 100M; Recauda: 132M
Mansión encantada: Presupuesto: 150M; Recauda: 91M
Vemos un listado de películas que, a priori, lo tenían todo para reventar la taquilla y no han llegado ni a cubrir costes. Lástima que la nueva misión de Tom Cruise se quedara en el camino, ya que es una franquicia que utiliza recursos técnicos tanto clásicos como modernos. Y más doloroso es el caso de la quinta entrega de Indiana Jones. Una aventura con la dosis justa de nostalgia y una despedida perfecta del personaje. Parece que dicha nostalgia no lo es todo. Y la producción más cara, Fast X, que hizo buena taquilla pero con un margen de beneficios muy menor que otras al tener un presupuesto tan abultado.
No todas las propuestas fracasaron, claro. Hay varias que sí llenaron las salas. Por ejemplo la tercera y última entrega dirigida por James Gunn de Guardianes de la galaxia, que con un presupuesto de 250M alcanzó los 800M; y la segunda película de Miles Morales como Spiderman, Spiderman: cruzando el multiverso, casi 700M con un coste de 100M.
Dos producciones, aun en cartelera, que apuntaban a un fracaso están cumpliendo las metas. La primera es Elemental, que costó 200M y después de un comienzo desastroso, ha ido ganando y ha superado los 500M siguiendo proyectándose en los cines; y la otra es Blue Beetle, que tiene un presupuesto de 100M ya ha alcanzado esta meta, está recibiendo buenas críticas y el apoyo del público. Películas que parece que son un fracaso, pero no se puede comparar con la lista que está más arriba.
Un caballo siempre ganador es el terror. Producciones con un bajo presupuesto y que llenan los cines, así que no necesitan ser la número 1 en taquilla, ya que cubrirá costes y generará beneficios la mayoría de las veces. Este verano hay dos: Háblame, costó 6 millones y recaudó 67; Insidious: la puerta roja, 16 millones y amasó 188. Productos seguros.
Este año 2023 será un punto de inflexión para la industria a la hora de aprobar presupuestos gigantescos para producciones que ya no tienen el respaldo de la audiencia. Creo que empezarán a bajar costes, ofrecer productos interesantes y buscar un nuevo género que sea atractivo, porque el cine de superhéroes ya ha empezado a languidecer.
Este año 2023 ha saltado por los aires lo que se creía que el público quería ver.
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