Panini Comics reedita una de las historias alternativas más emblemáticas de la editorial, con el creador de Sandman como guionista.
El concepto de universo alternativo ha adquirido gran popularidad durante los últimos años gracias a la introducción del Multiverso en la cultura de masas. Y es que este concepto, originalmente planteado como una hipótesis científica durante el siglo XIX, es ya un imprescindible de la ciencia ficción cinematográfica y, debido a películas como Spider-Man: Un Nuevo Universo o Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura, también del género de superhéroes.
Pese a todo, el Multiverso no es una creación reciente dentro de estas historias. Y es que lleva formando parte del imaginario comiquero prácticamente desde los años sesenta, cuando la marca DC empezó a explorar distintas Tierras alternativas a través de colecciones como Crisis en Tierras Múltiples. El resto es historia, y ya no se puede entender ninguna de las dos grandes editoriales sin esta narrativa omnisciente y en constante multiplicación.
Algunos de los universos alternativos más populares son los que Marvel plantea a través de su saga What If…?, una colección de cómics que se pregunta qué habría pasado si los acontecimientos canónicos hubieran sucedido de otra manera. Estas historias tienen su propia adaptación a través de la serie de animación televisiva del mismo nombre, en cuya segunda temporada hubo precisamente un episodio dedicado al tebeo del que toca hablar hoy: 1602.
Este cómic se publicó originalmente en 2003, a través de ocho números que componían una serie limitada que, gracias a su rápida popularidad, terminó ampliándose a través de spin-offs y derivados que giraban en torno a la figura de personajes como Spiderman o los Cuatro Fantásticos. La serie original contó con guion de Neil Gaiman, conocido por ser el creador de la mítica Sandman y de novelas como American Gods o Coraline.
1602 sitúa su acción en el susodicho año, llevando la primera década en la historia del Universo Marvel a un contexto británico, con la reina Isabel en sus últimos días de vida y un misterioso complot por la posesión de la corona como conflicto central. La historia abarca múltiples tramas, conduciendo al lector no solo hasta la Londres arcaica sino también a la España de la Santa Inquisición y la colonia de Roanoke en las Américas. No se puede esperar gran realismo de una historia con estos personajes, pero, dentro de las posibilidades, se percibe cierta verosimilitud histórica.
Lo que resulta especialmente interesante de 602 es ver a los personajes de la editorial en un contexto diferente al habitual, descubriendo así equivalencias en sus profesiones y labores. Por ejemplo, el agente de SHIELD Nick Furia se convierte en sir Nicholas Furia, espía de la reina Isabel; por otro lado, Charles Xavier, el Profesor X, es aquí Carlos Javier, de procedencia española. Aun así, no todas las identidades de los personajes resultan tan evidentes: la historia pretende sorprender al lector revelando las de algunos de los más curiosos y enigmáticos conforme el transcurso de los capítulos.
1602 combina los elementos de la Marvel primigenia (todos aquellos personajes y conceptos surgidos durante la década de los sesenta) con los clichés y temáticas habituales de las historias palaciegas: presenta intriga y misterio, así como conspiraciones y una lucha constante por el poder, también alianzas inusitadas y enemigos en las sombras al más puro estilo William Shakespeare, autor que siempre es una referencia para Gaiman. No hay más que leer su Sandman, donde, de hecho, el Bardo termina convirtiéndose en un personaje más.
Además, las historias situadas entre la Edad Media y la Edad Moderna siempre se prestan a plasmar una estética curiosa. 1602 resulta bastante caricaturesca en ese sentido, tomando ideas estilísticas del teatro y combinándolas con la pomposidad inherente de los trajes de superhéroes: sobre todo si tomamos los clásicos, de esa misma etapa que adapta este universo alternativo, como referencia.
El cómic juega con las expectativas del lector dentro de una historia donde, pese a la presencia de poderes sobrehumanos y sables, la acción es lo de menos. Al fin y al cabo, se trata de un tebeo donde priman las caracterizaciones y sus variantes respecto a las que nos han acostumbrado durante décadas. De este modo, el cómic exige mínimos conocimientos del Universo Marvel primordial, ese al que se va a referenciar constantemente y del que dependen todos los giros argumentales.
Otro de los grandes atractivos del cómic es el dibujo de Andy Kubert, autor que abandona su zona de confort para adaptarse a una historia mucho más lúgubre de lo que estaba acostumbrado hasta ese momento. Y es que el ilustrador se hizo especialmente popular durante los años noventa debido al dinamismo de sus composiciones, cosa que en 1602 cambia para adaptarse a una narrativa mucho más sosegada y abundante en detalles. Destacan también las ocho portadas de Scott McKowen, cuyo uso de líneas transversales recuerda a un grabado de la época.
Todo hay que decir que 1602 no sería una gran historia de no haberse integrado en el Universo Marvel. Y es que no deja de ser un drama shakesperiano más, una imitación de las tragicomedias del dramaturgo que no destacaría especialmente si no fuera por los personajes con los que juega. De todas formas, eso es lo que hace a este cómic tan especial y memorable, digno de ser recordado con cariño tras veinte años desde su publicación original.
Panini Comics vuelve a publicar esta historia en formato Must-Have, uniéndose así a una larga lista de cómics imprescindibles y con los que todo amante del Universo Marvel debe contar en su colección.
Ficha técnica
Nombre: Marvel 1602
Numeración: 1602 #1-8
Editorial: Panini Comics (Marvel)
Precio: 25,00€
Autores: Neil Gaiman (guion), Andy Kubert (dibujo)
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