
Esta semana me ha tocado hablar con un cliente que estaba claramente sobrepasado por sus necesidades en comunicación y en marketing, pero que no tomaba la decisión de contratar más equipo, (casi que contratarlo de nuevo porque el que tenía realmente no funcionaba), o tomar la decisión de subcontratar esa área a una empresa externa. Este es un tema que seguro te has planteado alguna vez, ya seas un autónomo que lo trata de hacer todo, o una empresa que quiere crecer, pero tiene a su equipo sobrepasado o falto de conocimiento en diferentes áreas.
Saber elegir el momento. Porque, si vas bien, la necesidad va a llegar.
En el mundo de los negocios, hay un momento en el que tienes que decidir si sigues haciendo todo por tu cuenta o si buscas ayuda externa. Conozco muchos casos que han tomado una de las dos decisiones y les ha ido bien, y también muchos otros que tomaron la decisión contraria y pudieron llevarlo a cabo. ¿Entonces? Pues quizás es más importante elegir entre el cuándo y el con quién, más que entre el sí o el no. Seguramente si no has subcontratado nunca, es porque te has saltado esa etapa, y ahí sí que seguramente ha habido un error.
Entonces: ¿Qué es todo este trabalenguas, Luis? Te lo voy a explicar.
Imagina tener acceso a un equipo de expertos sin tener que contratarlos a tiempo completo. Eso es lo que obtienes al subcontratar: acceso a conocimientos especializados y a las últimas tendencias del mercado. Es como tener al Equipo A, un equipo de profesionales altamente cualificados a tu disposición, listos para entrar en acción.

¿Cuándo hacerlo? Lo ideal.. Cuando comienzas a crecer, pero no te da para incorporar a alguien, o cuando ese alguien o ese equipo comienza a saturarse. Bueno, también entra en juego una opción que muchas personas se niegan a reconocer… Cuando realmente no tienen ni idea de ese apartado y lo que hacen es estropear o trabajar en vano, en lugar de obtener resultados razonablemente tangibles. Esto te va a sonar raro, pero seguramente estás tratando de diferenciarte frente a tu competencia diciéndole a tu cliente que tu lo haces especialmente bien en tu área de negocio y, sin embargo, no estás reconociendo que especialistas en esos sectores puedan saber mucho más que tu de un ámbito que no es realmente tu fuerte o el de parte de tu equipo.
Ahora, tu turno: HERRAMIENTA: ¿Y si...?
¿Y si te obligaran a emplear una parte de tu presupuesto en externalizar? ¿Qué harías? ¿Qué contratarías? … Ya que te han obligado a gastártelo... ¿Qué piensas que podría aportarte?
Y si te obligan, ¿Cuánto dirías que puedes entregar a ese apartado? ¿Qué tendría que pasar para que, a pesar de que te hubieran obligado, al final tú dijeras: "Pues menos mal que me obligaron, porque ha estado muy bien el resultado y no lo habría hecho si no fuera algo obligatorio"?
Reflexiona esas preguntas y las que surjan de forma natural a continuación, y tendrás un primer paso importante para descubrir lo que te limita, la falta de costumbre en valorar servicios ajenos, el valor que pueden ofrecerte, y hasta el coste que podrías asumir sin que tampoco fuera una catástrofe.
¿Seguimos hablando del tema?
Si quieres seguir conversando y ampliando sobre este tema, o hay otras situaciones en tu ámbito profesional o de empresa sobre las que te gustaría que hablemos aquí en este espacio, no dudes en dejar un comentario abajo o contacta conmigo en info@inspirayavanza.com
Subcontratar o no: ¿Un camino hacia el crecimiento de tu proyecto... o un tiro en el pie?
Comments