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Dos Hermanas al Día entrevista a Gonzalo Carrasco Cobos

El arte de las palabras


En el artículo de hoy, conoceremos un tipo de arte del que todavía no hemos hablado ni profundizado, el arte de las palabras, de contar, de soñar, de hablar... Es por ello que, hoy traemos a Gonzalo, un estudiante que está empezando a dar sus primeros pasos en este mundillo. Os invito a conocer esta nueva forma de entender las palabras y sus significados. Sin más dilación, comencemos.


Fotografía autorretrato de Gonzalo Carrasco
Autorretrato

Presentación del artista


Mi nombre es Gonzalo Carrasco Cobos. Tengo 20 años y estudio Traducción e Interpretación en Inglés en la Universidad Pablo de Olavide —o UPO, como la conocemos nosotros. Allí nació la verdadera magia y por ello me limitaré a resaltar quién soy desde que inicié mis estudios el año pasado en dicha institución.


Siempre he sido una persona motivada por el mundo de la literatura y los idiomas, hecho que indudablemente me ha llevado hasta dónde estoy: estudiando algo que me llena profundamente, en concreto, acabando mi segundo año de estudios en Bonn —Alemania— y deseando de comenzar el tercero con aún más ganas e ilusión por la nuevas experiencias; pero, también, por retomar las amistades que dejé atrás hace un año. La Universidad Pablo de Olavide no solo me ha otorgado un futuro, sino un sentido de vida; un camino que yace principalmente en dos pilares: en primer lugar, me ha dado la oportunidad de establecer conexiones profundas con gente fascinante, y, en segundo lugar, me ha permitido vislumbrar lo capaz que soy; las aptitudes a las que puedo aspirar a mostrarme cómo soy. Sin duda, pues, esta institución está moldeando mi vida de una forma muy placentera.


En cuanto a mis gustos o ambiciones, diré lo siguiente: saber cómo habla la gente—y por qué lo hace así—; qué hay detrás de los contenidos que consumimos; y conocer a gente de orígenes diversos, son algunos de mis intereses más destacados. Sin mencionar, evidentemente, pasatiempos inherentes a mis estudios como la lectura, la escritura, o el recientemente añadido: el cine. Si algo he aprendido estos dos últimos años es que para traducir, hay que saber; que para saber, hay que documentarse; y que para documentarse, has de rebosar de una curiosidad innata y de una voluntad de querer expandirse constantemente. Todo estos pasatiempos ayudan por un lado a ser un mejor traductor, y, por otro, logra cultivar dentro de ti una persona más polivalente y transversal. Un buen libro, una película o una canción inspiradora, son métodos para alcanzar la verdadera plenitud.


Esta carrera me ha convertido en una mejor versión de mí mismo, aunque debo admitir que todo este cambio se fundamenta en dos hechos anteriores; en dos eventos que han definido la trayectoria de mi vida:


El primero, es la aparición de un libro en la estantería de mi tía María que se llama “Los Secretos Que Jamás Te Contaron”, de Albert Espinosa. Este libro, de unas trescientas páginas grosso modo, se apareció ante mí como nada antes en mi vida. Mi vista se fijó en él como si un halcón tratara de cazar a una presa indefensa; como si se me nublara el mundo y solo aquello a lo que apuntaba mi retina existiera para mí. Lo cogí, sin ninguna expectativa o esperanza, pues no solía leer casi nada entonces —hace unos cuatro años de esto—; pero, ante todo prejuicio y desinterés, logré hallar un libro, por primera vez en mi vida, que había logrado penetrar en el alma con esos mensajes tan útiles y atractivos sobre cómo deberíamos vivir la vida. Desde entonces, mi hábito lector se cultivó por sí solo. Aquí aprendí que todos tenemos un libro en nuestra vida que supone un rompecabezas, un punto y aparte en tu caos. Para mí Albert es un ángel encubierto y el cirujano de todas mis lamentaciones; pues, cómo el bien indica, sus libros son «salva heridas».


El segundo, es la palabra reveladora de mi profesora de inglés de la E.S.O., Belén Ordóñez. Ella, sin quererlo ni beberlo, le brindó a través de su entusiasmo y su dedicada paciencia un futuro a uno de esos alumnos: yo. Todo surgió tras una presentación en inglés que tuve que hacer ante mis compañeros sobre un punto importante de gramática que íbamos a aprender más adelante; pero, como siempre, yo quise adelantarme a los acontecimientos. Yo expliqué esos conceptos —el tercer condicional, si la memoria no me falla— y al acabar me aplaudieron como habían hecho con el resto de compañeros, aunque, para mí sorpresa y cuando pensaba que todo había acabado, la profesora me dijo que le había parecido muy interesante; que «se me daba muy bien explicar». Me invitó a que siguiera aprendiendo, a que me dedicara al inglés. Fue entonces cuando, tras reflexionar sus palabras, logré encontrar mi camino, pues, hasta entonces, no tenía claro qué se me daba bien —y que también me gustara. Así pues, esté dónde esté ahora, le estaré eternamente agradecido por haberme introducido en su mundo, en su propósito. Quizás no sea profesor o intérprete, pero al menos

la chispa ya se prendió. Y eso es lo que importa.


Fotografía autorretrato de Gonzalo Carrasco
Autorretrato

¿Cuál es tu objetivo en las redes? ¿Cuál es el mensaje que quieres hacer llegar al público con tu contenido?


Hace poco me di cuenta de que comunicar era algo más que hablar para mí. Que era la forma que tenía para compartir al mundo las enseñanzas o consejos que yo había aprendido para llegar hasta una mejor versión de mí mismo. Por esta razón, mis redes sociales son un reflejo de mi alma, de lo que hago y de lo que tengo por creencia.


Recientemente modifiqué mi imagen: cambié mi foto de perfil, actualicé los colores para sentirme más cómodo, planeé un nuevo tipo de contenido y, con todo eso, tomé esa pasión original que nació hace dos años, aproximadamente. Mis redes quiero que sean lo más transparente posible y que, a través de ellas, puedan descubrir quién soy, pero, sobre todo, aprender un poco de eso que me hizo grande. Mi instagram y mi podcast de Spotify son canales entre vosotros y yo, un medio en el que puedo expresar mis inquietudes, compartir reflexiones y recordaros la importancia de vivir una vida plena, con sentido y gente que sume. Se podría decir, por tanto, que mis redes están fundadas en la filosofía estoica, en la palabra de la ciencia ante la salud mental y en la serenidad que bordea a los monjes budistas. Todo son creencias e ideas que son plausibles si uno lo manifiesta demasiado. Y no me malinterpretéis, ser optimista no es aprender a ignorar lo malo; o, en su defecto, ser bueno no se traduce a ser complaciente. Quién me conoce lo sabe, pero, quién no, tiene que saber que mi objetivo es encontrar un equilibrio, un camino hacia una vida mejor mientras navego en los problemas o en las experiencias que han vivido otros para alcanzar su definición de una buena vida.


Mis publicaciones son recordatorios, lecciones de vida de gente experta o muy experimentada en la vida que nos guía para no cometer los mismos errores y buscar, en la medida de lo posible, el camino más corto a la tranquilidad. Si algo cabe destacar de mis aprendizajes, resaltaría la prioridad de la serenidad ante el éxito o la felicidad; de saber valorar el silencio y la reflexión ante la bulla y la agitación. Ese tipo de mensaje debería prevalecer ante todo pronóstico y ser grabado con tinta del más intenso pigmento en nuestra espíritu. Por eso he retomado las redes y pienso hacerlo de nuevo cuando la vida me lo permita.


Portada del podcast en Spotify
Podcast

Nos gustaría que nos contarás más acerca de tu podcast "Entre tanto" ¿Cómo surgió la idea?


Como he mencionado brevemente, yo ya empecé a trastear con estas ideas hace dos años. Intenté crear un podcast con la aplicación Anchor que nos brindaba Spotify entonces. Lo hacía todo casero, con mi teléfono y mi portátil —y lo sigo haciendo por motivos económicos. Intenté ser muy constante y llegué a subir casi 50 episodios, en los que leía artículos que me habían interesado, tratando temas desde la introversión hasta la productividad académica. En gran parte, youtubers como Nathaniel Drew, Matt D’Avella o Ali Abdaal moldearon quién soy actualmente y me proveyeron de la energía suficiente para salir de mi cáscara e intentar algo nuevo.


Por motivos académicos tuve que dejarlo, al igual que me ha ocurrido en esta segunda temporada con Entre Tanto, mi nuevo podcast. La pasión del proyecto era la misma, la chispa seguía encendida, pero levemente visible para los demás. Por eso, ahora que he tenido más tiempo libre debido a cómo está estructurado el sistema universitario alemán, pensé en tomar las riendas de nuevo y compartir todo lo que había aprendido desde la última vez, pero en esta ocasión con un tono más serio o corporativo —de ahí la nueva selección de colores y la creación de una portada para el podcast. He sido más constante, he mejorado la calidad del audio y he cambiado el contenido original a uno más ameno, pero, nuevamente, lo he tenido que dejar de lado temporalmente por los mismos motivos que antaños.


Considero que estos dos últimos meses han sido muy productivos, que he hecho lo que deseaba y la gente me lo ha agradecido. De mis treinta capítulos y mis sesenta publicaciones he podido ver lo que lo mucho que me gusta todo este mundo y que por ello, mientras la vida me lo permite, intentaré mantenerlo como un pasatiempo. Y si en el proceso puede ayudar a alguien a sanar alguna herida o combatir un duelo, ya habrá valido la pena.


¿Tienes algún proyecto futuro en este ámbito o alguna colaboración que tengas pensada o que te gustaría hacer?


Espero que la tercera temporada del podcast no tarde demasiado en llegar, aunque me gustaría tomarme un descanso. Me gustaría traer a más invitados, pues el primer formato que hice me pareció muy interesante. Sin embargo, reconozco que llevar unas redes es más complejo de lo que parecer y que si se busca mantener una imagen, se requiere más dedicación de lo que la gente piensa. Y, por desgracia, ya no tenía demasiada las últimas semanas. De hecho, por querer subir una publicación o un tweet lo antes posible, he visto que había cometido algunas erratas. Incluso, en algunos capítulos, se me nota cansado o agitado. Cuando me di cuenta de esta prisa u obligación, decidí dejar todo aparcado por ahora.


Con esto no digo que vaya a desaparecer del todo, sino que cuando vuelva subiré contenido con menos frecuencia, que continuaré siendo quién soy y compartiendo mis lecciones de vida. Como dijo Nietzsche: «quién tiene algo porqué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo». Luego, entre mis estudios y otros aspectos de mi vida privada, intentaré sacar un hueco para esta faceta de comunicador que tengo dentro.


Hablar con mucha gente y probar cosas son nuevas es mi nuevo objetivo. Hablando se conoce mucha verdad. Yo he podido ver cómo soy a través de la palabra y esa misma palabra me hará participar en ciertos proyectos en el año que viene que todavía no puedo anunciar, pero que, sin duda alguna, me producen una inmensa alegría.


Portada de los relatos de Wattpad
Relatos

También hemos observado que escribes relatos "El rincón de Gonzalo" ¿Para quiénes van dirigidas?


Cuando escribo para publicar sigo la misma mentalidad que cuando he compartido una frase por Twitter, o bien cuando comparto la última novedad que he aprendido en mi podcast. No obstante, cuando escribo suelo tardar bastante más tiempo y, como se ve si entras a mi Wattpad, las publicaciones son irregulares.


Siempre que he escrito lo he hecho por pasión y no concibo un futuro en el que deje de hacerlo. De hecho, solo he empezado hace poco y ya tengo unos planes que me gustaría hacer realidad cuando logre conseguir mejores ideas, pero, especialmente, tiempo de meditación. Escribir una reflexión sobre un suceso reciente (ej. cuando falleció el influencer Charlie) o un relato, requiere mucho tiempo. Tanto uno como otros están dedicados a todos los públicos, aunque me gusta pensar que la mayoría de mi público es joven y que al leer mis palabras les surgen nuevas emociones; sensaciones que puedan hacerles ver paz en su vida.


A diferencia de otras historias que se encuentran en Wattpad, la mía no es un libro per se, sino una colección de historias que están ahí para todos los que quieran aprender algo nuevo de la vida. Mensajes subliminales o anécdotas no tan ficticias que se pueden atribuir a la vida de muchas personas. En general, son líneas que resumen mis pensamientos y simplifican mi propósito vital en los últimos años: ayudar a la gente a ser más alegre presentando textos realistas, duros o, en el caso de mi primer relato “La clase de Marcos”, sobre pensamientos filosóficos. Al igual que con mis otros pasatiempos, continuaré escribiendo —-y lo sigo haciendo, aunque no lo publique todo— porque me llena profundamente. Sé que hace un bien común, que mis palabras nacen a la merced de servir a otros y que, si una de ellas sana tras leerlas, mi cometido no habrá sido en balde.


Con esto también quiero recalcar una cosa: aquel que escribe, es un buen lector; y por ello, no podría haber llegado a escribir sin mi hábito lector. Gracias a ese libro de autoayuda que antes mencioné y, evidentemente, a mi tía, quién me inculcó el poder de la escritura, no habría podido encontrar un refugio en mis historietas. De hecho, siempre he sido bastante tímido y publicar cualquier cosa no me habría casado con mi antigua personalidad. Dicho de otro modo: cuando aprendas a ver la verdad y la diversión que hay tras una página, sabrás lo que se siente cuando se postra todos tus pensamientos en un papel como si de un lienzo se tratara. Te sientes libre y comienzas a volar sin alas. Y a esa gente ya no se le puede hundir fácilmente.


Lo publiquéis o no, escribir sobre algo que os interese. Empezar es el escalón más grande y una vez dado, todo será más fácil. Ya no solo redactar, sino como expresar tus sentimientos y combatir con tus pensamientos. Escribir es un reflejo de quién soy, de quién fui y de lo que me depara. ¿No os fascina pensar qué podríais aprender de vosotros os dedicáis unos minutos al día antes de dormir?


¿Consideras que transmitir estos mensajes y ser constantes con tus objetivos puede considerarse una forma de crear arte?


Todo esto de las redes me ha hecho ver la labor pedagógica y divulgativa de campos que antes me parecían inconexos, aburridos o demasiado complicados como la medicina, la música o la psicología. Y este esfuerzo, estas experiencias suman un valor incalculable para mí. Una cosa está clara: todo lo que me motive, lo haré e intentaré elaborar un plan para servir a otros en el proceso. La curiosidad es la magia que todos buscamos, pero por desgracia no todos quieren verla. Sin tan solo la gente se abriera con su alma y tuviera una conversación...


Estas frases o ideas que comparto son simplemente una parte ínfima con todo el esfuerzo que se esconde detrás de aplicar estas lecciones en la vida de cada uno. Nadie aprende sin equivocarse, ¿no? Pues de eso se trata: de escuchar otras formas de vida, de cuestionarse por qué hago algo y para qué me servirá y, en definitiva, de qué manera tus acciones cobrarán un sentido en esta corta existencia.


En cuanto a la palabra arte uno debe ser cauto, ya que no debe asomarse a su significado de forma superficial. Lo mismo ocurre, si me preguntan, con la literatura: ¿qué es la literatura?¿sabríais darme una definición exacta? Estoy casi seguro de que no, de que tras cada lector habrá mil preguntas y sus mil respuestas correspondientes respecto al asunto. En resumen, que nada es tan fácil cómo parece y que siempre hay que ir con pies de plomo para calificar algo como artístico. En mi caso, he podido observar las reacciones de mi audiencia y lo que todo estas aficiones me han generado; y he concluido que sí, que lo que hago es arte.


El arte es todo aquello que mantiene vivo al espíritu, lo que logra impulsar a eso que tenemos dentro a otro plano; a uno más bello, lleno de serenidad y con una melodía agradable como banda sonora. Esa propulsión yo la entiendo como pasión, como ese por qué del que hablaba Nietzsche y luego Viktor Frankl. Ya sea una pintura de Caravaggio o el diario de Marco Aurelio, todo lo que haga brotar emociones profundas con una razón lo suficientemente fuerte como para hacerte sentir pleno, debe ser considerado arte. Mi podcast, mis relatos y mis publicaciones son una reflexión constante de mi ser, de eso por lo que vivo y eso que hará que la gente viva una mejor vida. Dicha dedicación es arte, dicha capacidad de producir algo que cambie al mundo, aunque solo sea a una persona, es arte para mí. El arte no es lo que es, sino lo que signifique para ti. Es una consecuencia, no una causa.


redes sociales de Gonzalo Carrasco
Redes Sociales

Hasta aquí llega la entrevista de hoy, pero esto no quiere decir que se acabe la historia de Gonzalo. Os invito a que investiguéis sus redes sociales y podáis contribuir en su desarrollo. Desde aquí agradecerle el haber aceptado esta entrevista y participar en este artículo. Desde aquí, te seguiremos apoyando en tu viaje. ¡Buena suerte!



 

Dos Hermanas al Día entrevista a Gonzalo Carrasco Cobos

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