Redacción DHad

Estreno destacado: Bad Boys. Ride or die

Bad boys: Ride or die (2024). Director: Adil El Arbi, Bilal Fallah. Intérpretes: Will Smith, Martin Lawrence, Vanessa Hudgens, Alexander Ludwig, Paola Nuñez.

SINOPSIS: La pareja de policías más duros de Miami regresan para investigar la muerte de su capitán, ya que no es lo que parece y tendrán que huir de sus compañeros para llegar hasta el fondo del asunto.

OPINIÓN: Regresan la pareja de policías más dura y con mejor estilo de Miami. Después de una irregular tercera entrega, el mismo equipo técnico pulen algunas carencias y entregan un espectáculo anacrónico, donde los chascarrillos no son tan excesivos como en la primera y segunda película, el malo a batir es más completo sin los asuntos familiares que estropearon la trama de la cinta anterior, las escenas de acción son más dinámicas, aunque lejos de la brillantez que tiene Dos Policías rebeldes II (2003, Michael Bay), lucen muy bien, con la secuencia del embarcadero como punto álgido.

La trama de justicia por el superior asesinado entronca bien con la saga, donde todas las investigaciones siempre adquieren un cariz personal, sin llegar a la trama telenovelesca de la tercera, y Will Smith y Martin Lawrence muestran la enorme sintonía y química que han hecho de esta saga una de las más populares sin necesidad de ofrecer una entrega anual.

En definitiva, como prolegómeno de la temporada estival que está a punto de llegar, este largometraje es un buen antecedente para los estrenos comerciales veraniegos.

Acción, risas y el sol de Miami. Evasión asegurada.

CURIOSIDADES: La compañía Don Simpson/Jerry Bruckheimer Films.

Don Simpson y Jerry Bruckheimer fueron los dos productores de cine de acción comercial más exitosos de la segunda mitad de la década de 1980 y casi toda la década de 1990. Empezaron por separado, cada una con su productora, pero se unieron para producir largometrajes, principalmente para la compañías Hollywood Pictures y Touchstone Pictures, filiales del mastodonte Disney que se dedicaban a producir películas alejadas de la norma de cintas más blancas de la compañía madre, produciendo para otras compañías de vez en cuando, como la saga de Dos Policías rebeldes, que están bajo el logo de Sony/Columbia Pictures.

Esta compañía estuvo activa hasta 1998, cuando se estrenó Enemigo público (1998, Tony Scott), que estaba en rodaje cuando Don Simpson falleció en 1996, y la compañía pasó a estar controlada por Bruckheimer. Y se nota la mano de Simpson en los largometrajes, ya que están más cargadas de acción, más explícitas a la hora de mostrar sustancias y un empleo del lenguaje más urbano, a diferencia de las producciones de Bruckheimer en solitario, con un cariz más blanco, que se acentuó cuando se disolvieron Hollywood y Touchstone pasando a integrarse a la marca madre.

Esta productora tiene largometrajes que ejemplifican lo que fue la década de 1980, y la deriva que fue en la de 1990, donde el género de acción vivía de los réditos sembrados y no aportaban nada nuevo más allá de las innovaciones técnicas. Fue la productora que llevó al estrellato a dos directores de acción que cargaron con el género durante los 90: Michael Bay y Tony Scott. En los años dorados del video-club, ver carátulas con el logo del árbol y los rayos cayendo sobre este, era garantía de diversión y acción a raudales.

Jerry Bruckheimer ha seguido manteniendo el logo original con los dos nombres en las secuelas de películas originales, y tanto la saga Dos policías rebeldes como Top gun empiezan con el sello Don Simpson/Jerry Bruckheimer Films. Vamos a hacer un repaso a las producciones que gestaron este dúo que entendieron lo que demandaba la audiencia.

Su primera película es un símbolo del cine ochentero: Flashdance (1983, Adrian Lyne), donde las secuencias acompañadas con canciones famosas a ritmo de videoclip asentaron esta manera de rodar en la década. Historia típica ochentera de una joven que vive en un pueblo y se traslada a la ciudad para cumplir su sueño de ser bailarina a cualquier coste, trabajando de día y bailando de noche; las calles de la ciudad, oscuras y amenazadoras; todo lo que se puede ver en las películas de estos años se encuentran aquí. La canción What a feeling, escrita por Giorgio Moroder y Keith Forsey, y cantada por Irene Cara, ganadora del Oscar a Mejor canción es puro ochenta y su secuencia homenajeada innumerables veces.

De un icono saltamos a otro, el personaje Axel Foley con el rostro de Eddie Murphy en Superdetective en Hollywood (1984, Martin Brest), un agente de policía de un barrio peligroso que se desplaza a la elitista Beverly Hills en busca de unos peligrosos traficantes. Sus técnicas más duras chocarán con las más convencionales de los agentes de ese lujoso barrio. Enorme taquillazo que asentó el género de las Buddy movies policíacas, que se explotaría hasta la saciedad, y elevó al estrellato a Murphy.

Este año producen un thriller erótico de bajo presupuesto, Ladrón de pasiones (1984, Douglas Day Stewart), que fue un pinchazo en taquilla.

Los iconos ochenteros no cesan y en esta ocasión se juntan varios estandartes para crear Top gun (1986, Tony Scott). Primero el rostro principal: Tom Cruise, posiblemente el último actor en activo al que se puede llamar estrella en el sentido estricto de la palabra en jerga cinematográfica; después el director, Tony Scott, que se aleja de la sombra de su hermano Ridley y que con las películas que hizo para Simpson/Bruckheimer Films se labró un nombre en el género de acción. Y por último, la estética videoclipera de los ochenta en toda su gloria. Secuencias de acción y de amor a ritmo de canciones míticas.

En 1987 se estrena Superdetective en Hollywood II (1987, Tony Scott) que supera en recaudación a la primera; y en 1990 se reúnen de nuevo Scott y Cruise en Días de trueno (1990, Tony Scott), al que se une el compositor Hans Zimmer en esta historia sobre un piloto de carreras que tiene que volver a aprenderlo todo después de un terrible accidente que le ha hecho perder la confianza en sí mismo.

Dos policías rebeldes (1995, Michael Bay) es el debut como director de Bay. Película que se mantiene gracias a las secuencias de acción, rodadas de manera frenética y que será marca de la casa del realizador; y del enorme carisma del dúo protagonista, Martin Lawrence y Will Smith, que son capaces de provocar risas y mantener la seriedad en los momentos que se necesitan.

Este mismo año se estrena Marea roja (1995, Tony Scott), donde el director deja de lado la acción más pura y trae este ejercicio de suspense en un entorno claustrofóbico como es un submarino, donde los dos hombres al mando se enfrentan por diferentes maneras de interpretar una orden externa. Denzel Washington y Gene Hackman ofrecen un duelo interpretativo de infarto. Y también se estrena Mentes peligrosas (1995, John N. Smith) película que ya ha visitado esta página varias veces, lo que evidencia su importancia en el cine de los años noventa.

Y la última producción en vida de Don Simpson es una de las más grandes películas del cine de acción estadounidense de los noventa. La roca (1996, Michael Bay) es una producción excesiva, donde todo es grandilocuente, desde las escenas adrenalíticas de acción, como los tensos momentos de suspense, pasando por los diálogos de los personajes y una banda sonora que realza cada momento y lo carga de una gravedad a veces impostada. Nicolas Cage, Sean Connery y Ed Harris se lo pasan en grande y nos lo hacen pasar igual de bien a nosotros. La roca es una parada obligatoria para todo aquel que disfrute del cine de acción y también para aquellos que quieran estudiar los mecanismos narrativos y cinematográficos que se estilaban en los infravalorados años noventa.