Inmaculate (2024). Director: Michael Mohan. Intérpretes: Sidney Sweeney, Álvaro Morte, Simona Tabasco, Benedetta Porcarolli, Giampiero Judica.
SINOPSIS: Cecilia, una mujer devota, acepta un nuevo puesto en un ilustre convento en la campiña italiana. Pero dentro de sus paredes hay secretos terribles y oscuros que harán tambalear la fe de la protagonista.
OPINIÓN: Es normal que dos películas que comparten una temática similar se estrenen con pocos días de diferencia. Ejemplos sobre esto son Deep impact (1998, Mimi Leder) con Armageddon (1998, Michael Bay), o Bichos (1998, John Lasseter, Andrew Staton) con Antz (hormigaz) (1998, Eric Darnell, Tim Johnson). Esta ocasión es el estreno destacado con La primera profecía (2024, Arkhasa Stevenson), al ser similares en ofrecer una historia ambientada en un convento, con una novicia que es testigo de sucesos paranormales.
La protagonista del largometraje, Sidney Sweeney, es una de las actrices del momento y es ella la que llevó a buen puerto este proyecto, ya que utilizó su popularidad para que la cinta consiguiera financiación y estreno en salas, a cambio de participar en futuros trabajos, como una posible nueva versión de Barbarella (1967, Roger Vadim).
Sobre este film, la historia tiene un buen arranque para ponernos en situación, con los típicos jumpscares mientras se desarrolla la historia, difiriendo en las intenciones que tiene La primera profecía, siendo estas más coherentes y mejor construidas. Sweeney es el alma de la película, cargando con ella en una actuación a veces algo llevada al extremo, pero siempre en sintonía con lo que requiere la cinta. El resto del plantel está correcto, aunque algunos personajes son predecible en sus intenciones desde el principio.
Secuencias realizadas con mucho nervio, como uno de los falsos alumbramientos, o la línea entre qué es real y qué imaginario.
Película de terror indie que no tiene nada que envidiar a la de grandes productoras.
CONEXIONES: Terror religioso.
El terror y la religión suelen ir de la mano en las historias. Un miedo a los desconocido, a lo que puede haber más allá cuando llega la muerte; o si es posible traer a este plano fuerzas sobrenaturales o que estos mismo se introduzcan en cuerpos para propiciar el fin del mundo. Tramas que juegan con las creencias de la gente, normalmente asociadas al catolicismo, ya que es la religión imperante en el planeta y la mayoría de los cineastas occidentales han sido criados en esta religión. Por supuesto que otras religiones tienen películas hablando sobre la maldad que inculcan, pero las sugerencias que se traen en esta ocasión van a ser mayoritariamente católicas, con excepciones, por supuesto.
La primera en la frente. La película más famosa con el terror religioso de trasfondo es El exorcista (1973, William Friedkin), ya que el demonio que quiere regresar a este plano es Pazuzu, proveniente de la cultura babilónica y asiria. La película de Friedkin es una de las tres cintas clave de este subgénero del terror, siendo las otras dos La semilla del diablo (1968, Roman Polanski) y La profecía (1976, Richard Donner), largometrajes seminales que han sido grandes influencias para el terror moderno.
Otro de los temas que el terror religioso con un puñado de películas muy interesantes son las que abordan el mundo de las sectas. Hay muchos documentales que diseccionan las sectas y su modo de operar para ganar seguidores, muchas veces con resultados mortales. Uno de ellos es Heaven's gate: The cult of cults (2020, J. Clay Tweel), que cuenta cómo se creó, cómo recorrieron Estados Unidos captando adeptos y cómo se mantuvo casi dos décadas hasta su final en 1997. Con entrevistas a antiguos creyentes y narrado de manera objetiva para comprender las intenciones de los fundadores y las motivaciones de los creyentes.
En formato largometrajes el mundo de las sectas ha dado para cualquier género, y en el campo del terror dos ejemplos sobresalientes son Los demonios (1971, Ken Russel) y La cabaña siniestra (The lodge) (2019, Severin Fiaza, Veronika Franz).
La película dirigida por Ken Russel está basada en hechos reales sucedidos en Francia en el siglo XVII, cuando un sacerdote de la ciudad de Ludon es acusado de herejía. Este suceso está registrado como el caso de posesión diabólica más grande de la Iglesia. Sus imágenes grotescas y turbadoras, donde hay cabida para mostrar toda la crueldad y perversión humana posibles como en el brutal film Saló o los 120 días de Sodoma (1975, Pier Paolo Pasolini), ponen a prueba la capacidad de aguante del espectador, sobre todo el moderno, que no tiene por costumbre la visceralidad que tenían los largometrajes en los años 70 del siglo XX, donde la osadía de los cineastas para enseñar la crueldad y depravación humana ponía a prueba la censura, ocasionando que películas como esta sufrieran recorte o directamente eran prohibidas. Hasta el año 2004 no se pudo ver la versión completa del film. Brutal muestra de cómo una persona era capaz de influir en toda una población y hacer que se rindan a sus bajos instintos en nombre de la fe.
La cabaña siniestra cuenta la historia de una mujer, que fue adoctrinada desde joven en una secta de la que escapó, que se va con su marido y los hijos de este de un matrimonio anterior a una cabaña apartada a pasar el invierno. Según pasan los días, las paranoias y la educación que recibió empezará a hacer mella en ella cuando unos sucesos inexplicables empiecen a suceder. A priori parece la típica película de terror de casas encantadas, pero el fondo sobresale a la forma, y la historia nos cuenta que las mentes frágiles están a un milímetro de caer en el pozo de la locura. Película que gana con un revisionado.
Sobre mentes frágiles y la religión la conexión siempre ha estado. Hay quien piensa que estamos destinados a una meta superior, o que somos elegidos para ejecutar un plan divino, cuando todo es voces que resuenan en la cabeza debido a la obsesión o a la enfermedad. Saint Maud (2019, Rose Glass) juega en la liga de historias ambiguas, donde el punto de vista siempre es el de la protagonista, aquí Maud, que a causa de un trauma se ha vuelto una devota de la fe que ralla el fanatismo, que trabaja de enfermera interna para una bailarina jubilada enferma. Maud empezará a creer que el mismo Dios le está mandando señales convenciéndola de que debe salvar a la bailarina de la perversión en la que vive. Película difícil pero absorbente, que deja muy mal cuerpo e incomodidad al espectador debido a que todo lo que se ve es bajo la mirada paranoica y enferma de la protagonista.
Otra de las obsesiones que aborda el terror religioso es qué existe más allá de esta vida. Si es cierto todo lo que se cuenta sobre el paraíso, el infierno y el purgatorio. El ser humano ha estado haciéndose estas preguntas desde el principio de los tiempos. Y la más perturbadora película que retrata esta cuestión es Martyrs (2008, Pascal Laugier), que empieza como una convencional home invasion, una chica masacra a una familia en venganza a un suceso que sufrió en su niñez, y deriva a la temática de la fe con escenas que hacen desviar la vista de la pantalla, donde hace honor al título del largometraje, mártires. Porque los mártires son aquellos que gracias al sufrimiento podrán acceder al paraíso como pago por su martirio. De la ola del Nuevo Extremismo francés que surgió a principios de los 2000, esta película es de lejos la más incómoda y gráfica en imágenes, ya que no es un divertimento slasher como Alta tensión (2003, Alexandre Aja), sino que su objetivo es hablar sobre la capacidad de aguante a secuencias terribles.
Pequeña muestra sobre el terror religioso en el cine para despertar la curiosidad a quién quiera indagar en este subgénero del terror.
DISPONIBILIDAD EN STREAMING:
NETFLIX: El exorcista.
HBOMAX: El exorcista. Heaven's gate: The cult of cults
DISNEY+: Armageddon. Bichos.
PRIME VIDEO: El exorcista.
MOVISTAR PLUS: Deep impact. El exorcista.
FILMIN: Saló o los 120 días de Sodoma. Los demonios. Martyrs.
SKYSHOWTIME: Deep impact. Antz (hormigaz)
TRAILER:
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