Redacción DHad

Estreno destacado: La primera profecía

La primera profecía (2024) Director: Arkhasa Stevenson. Intérpretes: Nell Tiger Free, Tawfeek Barhon, Sonia Braga, Ralph Ineson, Bill Nighy.

SINOPSIS: Una joven es enviada a Roma para comenzar su vida dedicada a la Iglesia después de haber realizado sus votos y se encontrará con una conspiración que quiere traer al mismísimo Satanás a nuestro mundo.

OPINIÓN: Precuela de la magnífica La profecía (1976, Richard Donner), la historia dirigida y co-guionizada por Arkhasa Stevenson pretende explorar los acontecimientos anteriores a la película protagonizada por Gregory Peck.

Uno de los puntos fuertes de esta obra es la labor de visual de Stevenson. Ella es responsable de dos miniseries televisivas con una enorme inventiva visual: Nuevo sabor a cereza (2021) y Channel zero: Butcher's block (2018), donde hace unas composiciones y puestas de escenas bizarras y surrealistas, donde lo extraño se convierte en normal.

En este debut en pantalla grande va a recurrir a lugares comunes con la saga de Damien y con otras obras relevantes del género. Tenemos secuencias de ahorcamientos similares a la cinta de 1976 y tropos como sonrisas malévolas heredadas de la saga Evil dead o de la sobresaliente Smile (2022, Parker Finn) pasadas por el particular filtro visual de la directora.

En el elenco actoral encontramos rostros interesantes. Como la protagonista Nell Tiger Free, actriz principal de la serie de Apple+ Servant (2018-2024), aquí va desprendiéndose de su rol de niñera inquietante de la serie para interpretar a la novicia que se encontrará con una conspiración para traer al diablo a la tierra; la solvente Sonia Braga es la acompañante que sabe más de lo que cuenta; y en roles más secundarios están Ralph Ineson, el ultra religioso padre de familia de The VVitch, la bruja (2016, Robert Eggers) y el siempre cumplidor Bill Nighy.

Una anécdota fuera de la historia es la lucha que hubo con la censura por cierta secuencia en la que se muestran las partes pudendas femeninas y que la directora no quiso eliminar, ocasionando que la película reciba la calificación R, menores acompañados , y que puede que esto resienta la recaudación.

En esta nueva oleada de revisitaciones a los clásicos del terror moderno, este capítulo cero de la saga de Demian tiene a su favor la potencia visual de su directora y lo ambiguo de la trama que hace que muchos personajes naveguen en dos aguas.

Impactantes secuencias visuales merecedoras de verse en pantalla grande.

CONEXIONES: Precuelas en el terror.

En el género del terror se aprovecha todo. Cuando una película consigue ser un éxito, los productores dan luz verde a una secuela, ya que son productos que requieren poca inversión y se logran los beneficios con mayor rapidez que una producción AAA.

Siempre se han producido secuelas y expansión de la franquicia, y la cima llegó en la década de los 80, con tres grandes marcas en el cine de terror: Pesadilla en Elm Street, Viernes 13 y Halloween. Hay muchas más y con más entregas, como por ejemplo Hellraiser o Amityville, que tienen más de quince películas cada una, de una calidad muy irregular.

Aunque en los últimos años se ha pasado de producir secuelas y hacer remakes de los títulos más importantes a contar lo que ocurre antes de la primer película. El estreno de esta semana nos lleva a los acontecimientos anteriores a la entrada de escena de Gregory Peck para hacerse cargo del hijo del diablo. Pues se han lanzado películas con una temática similar. Aunque lo malo de esto es que no hay ninguna sorpresa, ya que al saber el resultado final, que es lo que cuenta la cinta original, toda la intriga que se quiere generar cae normalmente en saco roto.

Siempre hay excepciones que consiguen tener una personalidad propia y ofrecer una historia que se sostiene, pese a saber el final. Aquí vienen unos cuantos títulos que son precuelas de grandes éxitos o de culto y dan una buena historia. Todas estas tienen una tendencia establecida: producir secuelas para exprimir el jugo monetario, trasladar el nombre a una serie de televisión, realizar una precuela o un remake y ahora que empieza la moda de las recuelas, películas que rechazan las secuelas para ser una continuación directa de la obra original.

Psicosis. La obra maestra de Alfred Hitchcock tuvo varias continuaciones, un remake, una precuela y dos series de televisión. Es de las pocas franquicias con un resultado bastante positivo. Su segunda parte, Psicosis II: El regreso de Norman (1983, Richard Franklin) es una joya oculta, digna continuación que cuenta la vuelta de Norman al motel después de ser liberado, supuestamente restablecido de su enfermedad, pero unos crímenes lo pondrán de nuevo en la picota. Thriller psicológico sobresaliente. Pues en 1990 se estrenó un telefilme, Psicosis IV: El comienzo (1990, Mick Garris), que es a la vez una precuela en la que se relata la turbia relación de Norman y su madre y qué originó el desequilibrio mental de este. Infravalorado título que suele ser rechazado de primeras. Esta premisa se explotó después con Bates Motel (2013-2017), una precuela que a la vez es una puesta al día de la juventud de Norman cuando su madre compra el motel y empiezan los asesinatos.

La cosa. La película de culto del maestro John Carpenter La cosa (1982) ya es un remake de la simpática cinta de serie B El enigma de otro mundo (1951, Christian Nyby) con un aspecto más crudo y paranoico en un guion perfecto y también con un gran trabajo de Robb Bottin con los animatrónicos. Pasaron casi treinta años para volver a esta historia con La cosa (2011, Matthijs van Heijningen Jr.), que muestra lo que ocurrió con el primer equipo de científicos que descubren la nave enterrada en el hielo y se enfrentan al ser de otro mundo. Sabemos el final de su historia, pero es un ejercicio de suspense notable.

El silencio de los corderos. La novela escrita por Thomas Harris tenía como personaje al doctor Hannibal Lecter, que el escritor había presentado en un libro anterior, El dragón rojo, que también contó con una película llamada Manhunter (1986, Michael Mann), donde el doctor caníbal era interpretado por Brian Cox.

El éxito de público y crítica de El silencio de los corderos (1991, Jonathan Demme), no empezaría a explotarse hasta diez años después con Hannibal (2001, Ridley Scott) y con una nueva película de El dragón rojo (2002, Brett Rattner) con Anthony Hopkins encarnando en estas tres películas al personaje.

Ya en 2007 se estrenó la precuela sobre el personaje, Hannibal, el origen del mal (2007, Peter Webber) con el malogrado Patrick Ulliel sustituyendo a Hopkins en el personaje. Y al igual que Psicosis se realizó una serie de televisión para contar historias de Lecter antes de El silencio de los corderos. Hannibal (2013-2015); es una excelente serie que no duda en ofrecer imágenes crudas y perturbadoras y un guion que profundiza en las extraordinarias habilidades mentales de Lecter para manipular a los demás. Una joya que tiene a un magnífico actor que consiguió hacer olvidar a Anthony Hopkins: el grandísimo Mads Mikkelsen.

El exorcista. La considerada mejor película de terror de la historia tuvo dos secuelas: El exorcista, el hereje (1977, John Boorman), El Exorcista III (1990, William Peter Blatty), una serie de televisión estrenada en 2016 y una nueva segunda parte: El exorcista: Creyente (2023, David Gordon Green). Y como ya se ha visto, todas estas franquicias necesitan una película que cuente lo sucedido antes de la acción principal y esta no tiene una, sino dos películas precuela. El exorcista: El comienzo. La versión prohibida (2005, Paul Schrader) que fue la primera que se rodó, pero que el estudio rechazó al ser demasiado introspectiva y faltarle más secuencias de terror y se optó por producir otra: El exorcista: El comienzo (2004, Renny Harlin) con más enfoque comercial, manteniendo al gran Stellan Skarsgard en el papel del padre Merrin, el exorcista original que tenía el rostro del insigne Max Von Sidow. Esta película fue un fracaso y los estudios decidieron lanzar la versión rechazada con la etiqueta de prohibida como cebo para llamar la atención. También pinchó y provocó que esta tendencia de precuelas se quedara latente hasta esta nueva ola de revisitaciones a sagas famosas e icónicas.