Los mercen4rios (2023). Director: Scott Waugh. Intérpretes: Jason Statham, Sylvester Stallone, Curtis Jackson, Randy Couture, Dolph Lundgren.
SINÓPSIS: Barney Ross y su mano derecha Lee Christmas tienen que volver a reunir a un grupo de veteranos hombres de acción para enfrentarse a una peligrosa amenaza.
OPINIÓN: Stallone vivió una época dorada desde que decidió estrenar nuevas entregas de sus personajes más icónicos. Después de Rocky Balboa (2006, Sylvester Stallone) y John Rambo (2008, Sylvester Stallone) trajo al nuevo siglo el cine de acción típico de los 80. Lleno de hombres rebosando adrenalina y una manera cruda de mostrar la acción, sucia y sangrienta, la primera entrega de la saga de Los mercenarios estrenada en 2010 tuvo un enorme éxito que creció con la segunda parte, ya que añadía a Chuck Norris y Jean-Claude Van Damme a sus filas. Pinchó en la tercera parte ya que rebajaba la acción para que tuviera categoría accesible a menores acompañados, y eso no gustó a los fanáticos.
Pues ahora ha vuelto la saga, dejando la dirección a Scott Waugh, que tiene sus pinitos en el género con obras como Need for speed (2014) o Hidden strike (2023), que encajan en la filosofía del cine que homenajea esta saga, cine directo a los extintos videoclubs.
Si hay algo que destacar de esta cuarta entrega es que se entrega a los vicios y virtudes del cine de acción ochentero. Secuencias de acción sencillas, directas, con sus dosis de hemoglobina y donde acaban con las típicas sentencias por parte del héroe. Secuencias de persecuciones o peleas uno contra uno donde la cámara está donde debe y no da esos bandazos que impiden ver con claridad lo que tiene el cine de acción moderno.
Stallone cede también el rol protagónico a Statham, que tiene las mejores escenas para su lucimiento, destacando el 1vs1 que tiene contra el villano interpretado por Iko Uwais, estrella de ese clásico moderno que es The raid (2011, Gareth Evans). Dolph Lundgren vuelve a tener las secuencias cómicas recurrentes en su personaje, y la incorporación de Megan Fox como heroína de acción es otro gran valor de esta cinta, ya que la actriz hace muy bien este papel, lejos ya de sus comienzos como reclamo por ser una cara bonita.
Con los estertores de este verano que se va, película que hace honor a un estilo de rodar casi olvidado a manos de un profesional que sabe modernizarse como pocos.
CURIOSIDADES: Cannon, La productora icono de los 80.
El cine de acción que se realizaba en los años 80 no se entiende sin esta productora, que llevó la manera de rentabilizar las producciones a un nivel tan excesivo que la llevaron a la ruina. Puso a actores de otra época en el punto de mira; se hizo con la mítica MGM y con el personaje de Superman; estrenaron comedias gamberras y musicales bizarros; y su "marca" es hoy reivindicada por la nostalgia hacia esta década.
Brevísimo repaso a su historia y manera de producir.
La Cannon comenzó su andadura en 1967 sin pena ni gloria, llegando a la bancarrota a finales de los 70, que es cuando dos primos: Menahem Golam y Yoram Globus la adquieren por medio millón de dólares. Golam produjo varias películas de éxito en Israel, su país de origen, resaltando una saga de comedias gamberras, Polo de limón (1978, Boaz Davidson), de la que hicieron una nueva versión en La Cannon llamada El último americano virgen (1982, Boaz Davidson), y también influencia para la mítica Porky's (1982, Bob Clark).
También fue nominado al Oscar a mejor película extranjera por Operación relámpago (1978, Menahem Golam), cuya trama reciclaría para Delta force (1986, Menahem Golam).
La característica principal de la manera de producir películas que tenían los primos era la rapiña. Rentabilizaban hasta el último centavo que se destinaba a la cinta, incluso dividían el presupuesto de una para producir dos películas, haciendo que la calidad se resintiera; iban de festival en festival con un portafolio lleno de posters promocionales de películas que no habían hecho ni tan siquiera el casting de equipo técnico y artístico, buscando financiación para realizarlas. También rodó las producciones fuera de Estados Unidos, en países que tuvieran exenciones fiscales, como Filipinas o Sudáfrica.
La segunda característica es el Cine de explotación (Exploitation o más reducido Xploit). Este tipo de cine fue muy popular en el cine que se hacía en Europa por medio de las coproducciones entre países, principalmente España, Alemania e Italia, después de que sus productoras principales fueran a la ruina, donde la acción era el género principal y con una calidad media-baja, pero que tenían una gran aceptación en las sesiones continuas de los cines y el auge de los videoclubs. Si el cine de mercenarios, cine medieval o de fantasía estaba en auge, estos primos lanzaron películas de corte similar pero mucho más baratas.
Colocó a actores que no llegaron a alcanzar mucho estatus en su juventud en los principales reclamos de sus películas, dándoles una segunda carrera con más repercusión. Las dos caras principales de esta compañía fueron Chuck Norris y Charles Bronson, actores de segunda fila que vivieron una década de oro en sus años más maduros. Como se ha mencionado en otros artículos, el cine de acción tan estilizado que tenemos hoy en día en cintas como John Wick o The Equalizer, con personajes tan representativos, debe mucho al cine xploit de estos dos actores.
Estos dos cargaron con el peso de la productora con sus películas que fueron grandes taquillazos y que posibilitaron que La Cannon produjese tantos títulos en tan pocos años.
Borrachos de éxito, Golam y Globus empezaron a comprar marcas y salas de cine aunque las finanzas de la compañía no pudieran soportar estas adquisiciones. Compraron la MGM; adquirieron el catálogo de Emi music; pagaron a Marvel Comics derechos para producir cintas de Spider-man y Capitán América; hasta ganaron el Oscar a mejor película extranjera por El asalto (1986, Fons Rademakers); y todo saltó por los aires en 1990, cuando los primos deciden separarse, creando cada uno una compañía propia que tuvieron un muy corto recorrido.
La productora que es su sucesora espiritual es Millenium Films, con Boaz Davidson, amigo y trabajador desde el principio de los primos a la cabeza, cuya filmografía tiene el mismo espíritu que La Cannon, pero saben ser más contenidos. Las producciones más reconocidas de esta compañía son, por poner ejemplos para que se vea la vinculación del cine de acción, 16 calles (2006, Richard Donner); Conan el bárbaro (2011, Marcus Nispel); The mechanic (2011, Simon West); Los mercenarios (2010, Sylvester Stallone).
Listado de películas recomendadas
Como la película destacada de esta semana es de acción, voy a ceñirme a los dos actores más comprometidos con la productora, que tuvieron relevancia y revitalizaron sus carreras. Dos iconos del cine ochentero y del cliente del videoclub: Bronson y Norris.
Protagonizadas por Charles Bronson.
Death wish. En español cada entrega tuvo un nombre diferente. La primera, El justiciero de la ciudad (1974, Michael Winner) no está producida por Cannon, ellos compraron los derechos para realizar una secuela, Yo soy la justicia (1982, Michael Winner), que daría lugar a tres partes más. Toda la saga está protagonizada por Charles Bronson, uno de los actores más fieles a la productora, y en donde protagonizaría una serie de películas aparte de esta saga con mayor o menor éxito. La trama de esta franquicia es sencilla: un arquitecto se vuelve un justiciero urbano cuando su esposa es asesinada y no encuentran al criminal. En cada entrega se enfrenta a diferentes amenazas, enfrentándose a ellas con armas y utilizando trampas. Señalar que se llevó a cabo una nueva versión de la primera película con Bruce Willis recogiendo el testigo: Death wish (2018, Eli Roth)
Kinjite (1989, J. Lee Thompson). Con este director tiene Bronson sus mejores películas. En esta ocasión interpreta a un policía que tiene que proteger a la hija de un empresario corrupto con el que tiene asuntos pendientes. Aquí la acción es más reposada, lo reseñable de esta cinta es cómo muestra el mundo empresarial, donde todo es sórdido y sucio.
Mensajero de la muerte (1988, J. Lee Thompson). Hay un brutal crimen en una comunidad mormona. Toda una familia es asesinada. Bronson encarna al periodista que investiga el suceso y descubrirá un conflicto familiar donde la especulación inmobiliaria y los intereses personales son los acicates del terrible crimen. Otra obra contenida, donde nuestro bigotudo favorito es más investigador que hombre de acción, pero esta cinta tiene un arranque contundente que pocos se atreven a rodar.
Al filo de la medianoche (1983, J. Lee Thompson). Mi película favorita de Bronson. Interpreta a un duro policía que no duda a la hora emplear métodos ilegales para meter a los criminales entre rejas. Tiene que descubrir a un asesino en serie de mujeres y su sospechoso principal parece tener coartadas para los asesinatos.
Esta cinta es el epítome de la Xploitation. Cine sucio, con secuencias que no se rodarían en películas de mayor presupuesto; con un aire al cine Giallo al enseñar los asesinatos empleando técnicas similares; que no se amilana para llevar la trama más allá de lo corriente; con un héroe de acción que se sale de la norma. Una producción de serie B que resume bien cómo se hacían las cosas en esta mítica productora.
Protagonizadas por Chuck Norris
Desaparecido en combate. Si Charles Bronson tiene una franquicia, Norris tiene la suya. Esta consta de tres títulos. En la primera entrega, dirigida por Joseph Zitto y estrenada en 1984, vemos al coronel Braddock, que tiene que regresar a Vietnam 10 años después de haber huido de un campo de prisioneros al tener indicios que le dicen que hay más soldados americanos en campos de concentración ilegales. Aquí la acción es más exagerada, con un Norris desatado que elimina enemigos a mansalva con solo una ametralladora y sus manos. La segunda película (1985, Lance Hool) es una precuela, donde veremos cómo escapó Braddock del campo de prisioneros. La curiosidad de estas películas es que en realidad la segunda debió haber sido la primera en estrenarse, pero Golam decidió cambiar el orden porque la segunda contenía más acción. En 1988 se estrena la tercera parte, dirigida por Aaron Norris, en la que el coronel Braddock presencia el asesinato de su esposa embarazada y decide acabar con los perpetradores del crimen.
Invasión U.S.A. (1985, Joseph Zitto). Una de las obras cumbre del cine de acción ochentero. Cine sucio, casposo, donde el americano es el hombre bueno y el extranjero, sobre todo el soviético, es el mal que hay que acabar. Cine con un tono fascista, donde se justifica el uso de las armas y el asesinato del malvado como único medio para ganar.
Cuando un grupo terrorista invade varias ciudades estadounidenses desatando el caos y la violencia, solo un miembro de la CIA puede detenerlos.
Las películas protagonizadas por Chuck Norris, a diferencia de las de Bronson, son más propagandísticas del gobierno de Reagan, donde el capitalismo es el sistema perfecto. Hay que comprender el contexto de la época para disfrutar estas cintas, que son el perfecto reflejo de unos ideales concretos.
Delta force (1986, Menahem Golam). La trama está inspirada en unos hechos reales, los secuestros de aviones que se realizaban en Medio Oriente esos años. Aquí la acción está más dosificada, dando espacio al drama que se sucede dentro del avión secuestrado, alternando con el despliegue del operativo que va a rescatar el avión. Sólida película del género, cuyas lecturas más derechistas están más solapadas.
DISPONIBILIDAD EN STREAMING:
NETFLIX: Hidden strike. The raid.
PRIME VIDEO: Rocky Balboa. Los mercenarios. Need for speed. Kinjite. Desaparecido en combate.
MOVISTAR PLUS: John Rambo. 16 calles.
FILMIN: Los mercenarios. El último americano virgen. Delta force. El justiciero de la ciudad. Yo soy la justicia. Kinjite. Invasion USA.
FLIXOLE: Los mercenarios. Porky´s
TRAILER:
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