Redacción DHad

Estrenos destacados: Sombras del pasado. Green border

Sombras del pasado (2024). Director: Adam Cooper. Intérpretes: Russel Crowe, Karen Gillan, Martin Csokas, Tommy Flanagan.

SINOPSIS: Un ex policía retoma un antiguo caso cuando el acusado, que está a punto de ser ejecutado en la cámara de gas, le llama para volver a clamar su inocencia, mientras tiene que lidiar con el desarrollo que sufre de la enfermedad de Alzheimer. Lo que le provocará una visión distorsionada de la realidad y del caso que investiga.

OPINIÓN: Russel Crowe está alejado del primer plano de Hollywood y se siente cómodo trabajando en producciones de corte más independiente. Es una persona que no quiere ceñirse a los cánones que imperan en la industria y en el cine de serie B o Indie no tiene que aparentar una imagen que no va acorde con él. Gracias a eso, lo vemos interpretando a villanos (Salvaje (2020, Derrick Borte); es capaz de reírse de sí mismo como en Thor: Love and thunder (2022, Taika Waititi); o ser protagonista de películas de terror de corte más gamberro o mamarracho como en El exorcista del papa (2023, Julius Avery) y El exorcismo de Georgetown (2024, Joshua John Miller).

Aquí retoma el típico papel de policía quemado, a vuelta de todo, que siempre tiene un caso que tiene que resolver o del que no quedó a gusto con el resultado, y que quiere resolver a la vez que lidia con sus problemas personales, en esta ocasión afrontando algo tan grave como el Alzheimer.

Una producción sencilla, de corte más televisivo, que sube de calidad gracias a Crowe, uno de los actores con más solvencia de la actualidad.

TRAILER:

Green border (2023). Directora: Agnieszka Holland. Intérpretes: Behi Djanati Atai, Agata Kulesza, Piotr Stramowski, Jalas Altawil.

SINPOSIS: La llamada Frontera verde o Green Border se encuentra en los pantanosos bosques entre Bielorrusia y Polonia, y es el punto de entrada para los refugiados de Oriente Medio y África que quieren llegar a la Unión Europea. Utilizando la desgracia de los refugiados, el dictador bielorruso quiere forzar a la UE, provocando una crisis geopolítica en la región. A través de la mirada y el recorrido de una activista, una guardia de frontera y una familia de origen sirio, vemos la difícil situación y las duras decisiones de los habitantes del lugar y de los que quieren huir de los horrores de la guerra.

OPINIÓN: En estos tiempos convulsos actuales hay una serie de cineastas que están produciendo largometrajes donde eliminan cualquier idealización o romanticismo sobre los conflictos bélicos, y mostrando los horrores de la guerra, tanto en el cine comercial como en el independiente. Siempre habrá cine que glorifica y cuenta de manera parcial los sucesos, pero la repercusión del cine "sin bandera" está creciendo y llegando al gran público. El documental 20 días en Mariupol (2023, Mstyslav Chernov) y Civil war (2024, Alex Garland) son dos grandes muestras de esta manera de contar la guerra.

Y ahora llega Green border a nuestras salas para dar otro grano al cine comprometido con la humanidad, que narra una ficción anclada en la realidad, como el sufrimiento de personas que huyen en busca de prosperidad y que se tienen que enfrentar a prejuicios raciales, al rechazo y a la manipulación por los poderes fácticos. Agniesza Holland utiliza la película para denunciar la horrible situación que atraviesa Polonia, donde la xenofobia está creciendo, alcanzando la política para crear un clima de rechazo al inmigrante, que muchas veces deriva en situaciones tensas y trágicas.

Cierto es que no es una película sencilla o agradable en algunos momentos, pero es una película necesaria, porque entre tanta desinformación que aturde la mente, este largometraje nos sumerge en los pantanosos y peligrosos bosques de la frontera, para acompañar a una familia en busca de tranquilidad y mejorar su vida; de una guardia fronteriza que tiene que afrontar momentos delicados; y de una activista que verá los grises de las situaciones diplomáticas.

Después de varios años asentada en la industria hollywoodiense, Holland vuelve a sus raíces de un cine más social, y presenta una obra madura, que hace reflexionar. Con una fotografía grisácea, que transmite lo frágil y delicada que es la situación, en un corte semi documental para que la historia alcance mejor verosimilitud, esta Green border es un estreno interesante e importante para conocer algo mejor la situación que se está viviendo en el norte de Europa en la actualidad.

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