Marvel comienza a publicar la nueva saga de la Patrulla-X, que devuelve al grupo superheroico a su clásico statu quo.
Algunos personajes están condenados a revivir eternamente unos mismos acontecimientos. Es lo que ocurre cuando hablamos de todos estos iconos de la cultura popular que, reconocibles por dos o tres sucesos recurrentes, viven a menudo anclados a su pasado. No hay más que ver la de veces que el público ha presenciado morir a los padres de Batman, aterrizar el bebé Kal-El en la Tierra o a Peter Parker llorar la pérdida del tío Ben.
Los superhéroes tienen esa maldición: sufren lo que suele denominarse como el eterno retorno, la vuelta a esos orígenes que los elevaron a su mayor popularidad cuando romper con lo establecido deja de funcionar. Y es que se ha visto en muchas ocasiones a personajes icónicos abandonar su manto heroico o cambiar sus principios morales, pero nada de esto suele durar. Al final, Spiderman siempre vuelve a vestir el rojo y el azul y Batman a patrullar las calles de Gotham. Nada es eterno en el género excepto el statu quo.
Eso es algo que los mutantes de la Patrulla-X saben mejor que nadie. Recientemente vivieron gracias al escritor Jonathan Hickman una nueva edad de oro, algo que les permitió abandonar su mantra de “odiados y temidos” para convertirse prácticamente en dioses. Pero apenas han hecho falta cinco años para que todo vuelva a la relativa normalidad.
Y es que la etapa que precede a estos nuevos cómics supuso un momento de esplendor para el mundo mutante, no solo en lo que a ventas se refiere sino también dentro del lore de Marvel. Tras años de rechazo y supervivencia desesperada, la Patrulla-X y sus relativos habían conseguido fundar en la isla de Krakoa una nación-Estado que no solo les concedía un estatus social superior sino que además acabó otorgándoles la inmortalidad.
Tras los acontecimientos sucedidos al final de la etapa, un lapso de tiempo indeterminado ha devuelto a los mutantes a la miseria de siempre. Aunque ya no se encuentran en la clásica Escuela Xavier, pues la mayoría ya ni siquiera tiene edad para esos asuntos, sino que andan dispersos por distintas partes de Estados Unidos y el mundo en general. El equipo principal, comandado por Cíclope, se halla ahora asentado en una antigua fábrica de Centinelas, a las afueras de un pequeño pueblo de Alaska.
Aunque se plantean nuevos antagonistas para reemplazar a todo el clásico plantel redimido tras la etapa de Hickman, Jed MacKay coloca a los mutantes en un conflicto menor en escala a lo visto previamente, con la organización Orchis aún en activo pero con algo mucho menos ambicioso entre manos. El recelo de la humanidad vuelve a ser pieza clave, aunque ahora solo necesitan ganarse la confianza de un modesto pueblo rural. La Patrulla-X debe empezar de cero.
El back to basics al que juega Jed MacKay en esta historia se ve no solo reflejado en el argumento sino también en el apartado gráfico. Y es que Ryan Stegman, quien se encarga del dibujo y rediseño general, concede a algunos de nuestros héroes habituales un aspecto mucho más juvenil que de costumbre. No hay más que ver al protagonista, Cíclope, quien, pese a haberse casado y sido padre hace décadas, vuelve a lucir como el adolescente que llegó a ser cuando Stan Lee y Jack Kirby le dieron vida en 1963.
Hablando de Stegman, es posible que este no sea el mejor trabajo de uno de los dibujantes más espectaculares de los últimos tiempos. Sus lápices sorprendieron hace no muchos años, con su estelar etapa de Veneno junto a Donny Cates, donde pudo lucirse a través de paisajes nocturnos, monstruosidades y violencia extrema. Lo mismo con eventos como Matanza Absoluta y El Rey de Negro, donde la propuesta colocaba al dibujante en una comodidad tremenda.
No puede decirse lo mismo de su X-Men, que parece no encajar exactamente en aquello a lo que tiene a los fanáticos acostumbrados. Stegman es principalmente un dibujante de acción, aunque también disfruta regocijándose en los paisajes. Sin embargo, aunque tiene sus momentos de gloria, no consigue destacar dentro de una historia cuyo apartado gráfico resulta más genérico de lo que suele ofrecer.
Queda por ver cómo se desarrollará esta nueva etapa, si Jed MacKay logrará estar a la altura de sus otras grandes series (Caballero Luna, Doctor Extraño) o si la inmensidad del mundo mutante terminará por hundirlo. Es habitual que las historias que siguen el final de una etapa histórica queden ensombrecidas por el legado de las que la precedieron, cayendo rápidamente en un olvido directamente provocado por las exigencias capitalistas de la editorial.
Sea como fuere, y pese a tener entre manos una de las colecciones más vendidas de la historia del cómic, tanto MacKay como Stegman arrancan con mal pie la que podría haber sido su obra magna hasta la fecha. Por suerte, el proyecto From The Ashes aún no ha hecho más que comenzar y todavía están a tiempo de sorprender al lector. Además, más series complementarias con otros autores llegarán pronto para ampliar la mitología del Homo superior.
Ficha técnica
Nombre: X-Men
Numeración: X-Men #1 USA
Editorial: Marvel Comics
Precio: 5,99$ (formato USA)
Autores: Jed MacKay (guion), Ryan Stegman (dibujo)
From The Ashes: X-Men de Jed MacKay y Ryan Stegman.
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