Desde la adaptación al cine en 1976 de la primera novela, Carrie, con Brian de Palma, uno de los directores salidos del New Hollywood, la bibliografía de Stephen King han sido una fuente de buenas ideas para los estudios. Gran parte de sus escritos, tanto novelas largas como relatos, han sido llevados a la gran pantalla con mejor o peor suerte, tanto artística como financiera. El nombre del escritor era (y es) un gran reclamo para vender entradas y en la década de los ochenta proliferaron muchas adaptaciones, haciendo incluso secuelas de las películas sin contar con la aprobación del escritor. El caso más llamativo es el de Los chicos del maíz, adaptación de bajo presupuesto de un relato corto, que generó, y también degeneró, en ocho continuaciones y dos remakes de la historia original. King cortó con esa tendencia añadiendo una clausula en los contratos por la cesión de derechos de que están prohibidas realizar continuaciones. Esto no quiere decir que el autor esté en contra de vender derechos, al contrario, le han llegado propuestas interesantes de personas con pocos recursos económicos y les ha vendido los derechos de adaptación por una cantidad simbólica, incluso por solo un dólar. Lo que quiso es contener las películas que exploten su nombre sin recibir nada a cambio y con una calidad ínfima.
La cantidad de películas basadas en su obra, tanto originales como secuelas, están cerca del centenar. Y entre tanta película, como ocurre con sus libros, hay de todo: desde obras maestras que recibieron multitud de nominaciones a los Oscar, pasando por películas entretenidas, hasta llegar a producciones infectas que denigran el material original.
Al igual que con los libros, vamos a hacer un listado de las que creo son los mejores films basadas en sus novelas. Habrá alguna trampa porque si no, se me quedarían algunas fuera de la lista y no lo merecen.
Carrie
La primera novela contó con una gran adaptación. Brian de Palma traslada la narrativa tan peculiar de la historia, que se cuenta a través de recortes de periódicos, cartas y algo de narrativa, para centrarse en el punto de vista de Carrie White, una joven reprimida por su ultra católica madre y víctima de abusos en la escuela, que desarrolla poderes telepáticos y se cobrará las deudas con los matones y su madre.
Con un final que marcó huella, esta película sirvió para renovar el género de terror sobrenatural y para dar a conocer el nombre de Stephen King, cuyas ventas de su libro aumentaron.
Eclipse total (Dolores Claiborne)
Escribir a mujeres fuertes, con personalidad, independencia y voluntad de hierro pese a las adversidades, es una de las grandes características de la obra del autor de Maine.
Con la década de los noventa empezó el reconocimiento de King como gran autor por obras como esta. La novela está contada desde un monólogo, la declaración de Dolores sobre la desaparición de su marido. Nunca sale del monólogo y puede hacerse difícil, pero es muy disfrutable.
La adaptación deja de lado esta técnica, para centrarse en el drama de la difícil relación que tiene Dolores con su hija, y nos cuenta a través de flahsbacks la historia de las dos mientras en el presente se investiga un posible asesinato que parece haber cometido Dolores.
Genial película, que atrapa desde el principio y que no suelta.
La dupla Mike Flanagan. El juego de Gerald y Doctor sueño
Flanagan es, para mí, el mejor adaptador moderno de la obra de King, con permiso de Frank Darabont, director ya retirado, porque estas dos películas son diferentes en género y en intenciones, y el lenguaje del director está muy presente. No hay que olvidar su miniserie para Netflix, Misa de medianoche, que recuerda mucho a Salem´s Lot.
El juego de Gerald es una historia de suspense, una mujer queda atada a una cama por culpa de un juego sexual que practica con su marido, y queda a merced de un perro hambriento cuando su esposo muere encima suya. Historia que mantiene en vilo al espectador, mientras ve cómo la protagonista intenta liberarse antes de que el hambre, la sed, el perro y una visita nocturna amenazadora acaben con ella.
La versión cinematográfica de Doctor sueño, que es la secuela de El resplandor, intenta ser a la vez adaptación de libro y secuela directa de la película de Kubrick. Y sale airosa del intento. Con el lenguaje moderno del cine, una dilatación de los sustos marca James Wan, y la narrativa audiovisual marca Flanagan, esta película es de las mejores adaptaciones actuales de obras de King. Ofrece terror, drama y acción cuando debe, una historia larga que nunca decae y unas interpretaciones potentes, sobre todo la de Rebeca Ferguson como la villana de la historia.
La dupla Rob Reiner. Cuenta conmigo y Misery
Vamos subiendo posiciones. Ahora toca dos adaptaciones que se han vuelto clásicas, si nos ceñimos a las obras de King llevadas al cine.
Cuenta conmigo tiene todo lo que ha hecho de los ochenta la década nostálgica por excelencia. Película que te mete en la acción rápidamente, contando a través de un largo flashback la historia de cuatro amigos que deciden emprender un pequeño viaja para ver un cadáver.
Trama típica del autor en esos años, donde la niñez y los años cincuenta son la idealización que describe en varios trabajos. Una aventura maravillosa.
Misery es una de las mejores películas de los noventa y de las mejores adaptaciones. Suspense en estado puro, la historia de un autor que tiene un accidente y que queda al cuidado de una enfermera que lo atiende en la casa de ella, aislada en la nieve y que es una fan fanática de la saga de novelas Misery, escritas por el protagonista. Kathy Bates encarna a la enfermera malvada de manera magistral, transmitiendo locura y maldad, pasando de un estado a otro solo con un gesto, que nos eriza la piel.
El tríptico Frank Darabont. Cadena perpetua, La milla verde y La niebla
Para mí, el trío que está a la cabeza de las adaptaciones del trabajo literario de King. Con estas historias vemos la maestría del autor manejando diferentes estilos narrativos, aunque el terror sea en el que más profundizó. Pero como elemento común en las tres es la humanidad, un algo poliédrico, nada simple o sencillo.
La niebla. Un grupo de personas se refugia en una tienda cuando una niebla densa y con monstruos en su interior aparece de la nada y se expande por todos lados. Pero dentro de la tiene también hay monstruos. Darabont adapta una novela corta y engrandece la premisa inicial, profundizando en la psicología de los personajes, desarrollando la historia y superando las intenciones del autor, dando un final distinto que deja huella.
La Milla verde. Una duración de tres horas que se van en un suspiro; elenco actoral magnífico, donde ninguno hace un mal trabajo; historia que tiene lugar en el corredor de la muerte de una penitenciaría, el sitio donde los presos esperan a que sea ajusticiados; la humanidad y la esperanza están en cada fotograma, porque tanto presos como guardias son tridimensionales, algunos buenos y otros malvados; y muchas cosas más.
La historia arranca cuando un preso llega al corredor, condenado a muerte por el asesinato de dos niñas, y las interacciones que tiene con el jefe de los guardias, interpretado por Tom Hanks, que no cree que alguien tan bondadoso cometiera tal atroz crimen.
La esperanza y la magia sobrevuelan por todo el metraje, y el espectador acaba compungido pero engrandecido cuando finaliza la historia.
Cadena perpetua. Para mí, una de las pocas películas que tendrían la etiqueta de Perfecta.
Nada le falta o le sobra. Frank Darabont, al igual que Kathy Bates en Misery, debuta en la dirección con esta obra mayúscula. Cuenta la historia de un hombre que es condenado a cadena perpetua por asesinar a su esposa, algo de la que él se declara inocente. En prisión se hace amigo de Red, el narrador de la historia y quien que consigue las cosas del exterior y que los presos le piden. Aquí los guardias son seres abominables, unos abusadores que castigan a los presos de manera inhumana. No hay tanta bondad como en La Milla verde, es una historia más gris. Pero un elemento que sí mantiene es que nunca hay que perder la esperanza.
Un final ambiguo corona una de la mejores películas de la Historia del Cine. Y que viene de la mente de Stephen King, un autor que sí, escribe terror, pero cuya obra tiene más. Mucho más.
Con este repaso general y la magnífica ilustración de nuestra compañera de Arte Joven, finalizamos el monográfico de Stephen King teniendo la certeza de que podrían seguirle muchos capítulos más de esta magnifica obra que nos a echo pasar tan buenos (y terroríficos) momentos.
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