Se trata de uno de los grandes clásicos de Marvel, una violenta historia de amor imposible por la que no pasan los años.

“Soy el mejor en lo que hago. Y lo que hago no es agradable”. Así empieza uno de los cómics más legendarios de todo Marvel, con una frase que pasaría a la historia y se convertiría en el mantra de un personaje icónico. Y es que esta miniserie de apenas cuatro números fue su primer relato el solitario, aunque desde luego no el último.
Lobezno: Honor es fascinante incluso en su concepción, pues nace de un encuentro entre el guionista Chris Claremont y el (por aquel entonces) dibujante Frank Miller durante un viaje en coche. Las tres horas y media que separan Los Angeles de San Diego terminaron dando forma a una historia de violencia y tragedia, con uno de los mutantes más populares (si no el que más) de la historia.
Este cómic se convertiría rápidamente en todo un icono de la historia, sirviendo de referencia para la expansión de las miniseries y, además, dando pie a la serie regular de Lobezno que llegaría casi una década después. Sería Honor la historia que sentaría las bases de lo que estaba por venir con este antihéroe, hasta entonces bastante enigmático para el lector.

A principios de los ochenta, los lectores no sabían mucho sobre Lobezno. Recientemente habían descubierto que se llamaba Logan, también que había trabajado para el gobierno canadiense, pero hasta ahí. Esta historia, aunque no arrojaba demasiada luz al respecto de su pasado, demostraba que las aventuras de este añejo mutante daban la vuelta al mundo.
En Lobezno: Honor, el personaje se veía obligado a viajar a Japón en busca de Mariko Yashida, la hija de un poderoso jefe de la Yakuza. Se daba a entender que había existido una relación romántica entre ambos, pero el destino los había separado y, ahora, Logan deseaba recuperar el tiempo perdido. Aunque esto no sería tan sencillo, pues, comprometida con un nuevo hombre al que ni siquiera quería, Mariko rechazaría a un Lobezno que no se tomaría demasiado bien esta deshonra.
En parte, este cómic nace de la fascinación del guionista y dibujante John Byrne por Shogun (1975), la novela de James Clavell, que recientemente recibió una segunda y exitosa adaptación televisiva por parte de Disney+. Esto es algo que se veía especialmente retratado a través del personaje de Mariko, inspirado en la princesa homónima del afamado libro.

Y lo cierto es que el cómic toma multitud de elementos de este clásico, algunos provenientes de la tradición cultural y narrativa de Japón. Y es que, como su propio nombre indica, el honor es uno de los temas centrales. Desde tiempos inmemoriales, el honor lo es todo para la tradición nipona. Perderlo significa aceptar la muerte, en un pasado a través del seppuku y, actualmente, mediante castigos autoimpuestos.
Esta manera de afrontar los principios individuales choca notablemente con la actitud de la población occidental, por lo general mucho más laxa e indiferente. Rara vez se verá a un japonés traicionar su honor a conveniencia de algo que pueda satisfacerle, y esto es algo que el impredecible Lobezno descubrirá a lo largo de la historia.
Chris Claremont nos sumerge en un mundo que, aunque ambientado en los ochenta, remite a la fantasía caballeresca del chanbara, solo que cambiando a los samuráis por mafiosos y ninjas de La Mano, el clan criminal que debutó en los cómics de Daredevil, escritos por Frank Miller. Sumido en esta realidad, Lobezno deberá sobrevivir y lograr lo que desea jugando a unas reglas a las que no está acostumbrado.

Acompaña a las mil maravillas el dibujo de Frank Miller, todavía lejos de la hipérbole que alcanzaría con The Dark Knight Returns pero igualmente en plena forma, demostrando una habilidad especial para retratar escenas de acción. Y es que la violencia es uno de los puntos fuertes de la historia, pues, pese a regirse bajo las limitaciones del momento, resulta contundente y atroz, como si cualquiera pudiera morir en sus viñetas.
Lobezno: Honor es una historia perfectamente contada en apenas cuatro números, y, aunque sabe a poco, logra salir del molde y crear algo único e influyente, que se disfruta más en su contexto de época. Es, además, un complemento perfecto de la Patrulla-X de Chris Claremont, en cuyos números se cuenta el principio y desenlace de este mismo relato unitario.
La obra maestra de Claremont y Miller es uno de esos cómics siempre presentes en estanterías, ya sea a través de ediciones recopilatorias o unitarias. Actualmente se encuentra disponible en formato Must-Have, incluyendo complementos bastante ilustrativos acerca de la concepción de este clásico inolvidable.
Ficha técnica
Nombre: Lobezno: Honor
Numeración: Wolverine: Honor #1-4
Editorial: Panini Comics (Marvel)
Precio: 15,00€
Autores: Chris Claremont (guion), Frank Miller (dibujo)

Lobezno: Honor, de Chris Claremont y Frank Miller. Un cómic del que Kurosawa hubiera estado orgulloso
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