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Nightwing: Saltar a la luz, de Tom Taylor

El antiguo Robin vuelve por todo lo alto como Nightwing, el protector de Blüdhaven, en una nueva serie con sello español.


Portada del tomo editado por ECC Ediciones con ilustración de Bruno Redondo
Portada del tomo editado por ECC Ediciones con ilustración de Bruno Redondo

Durante los últimos años, el sector del cómic en Estados Unidos se ha visto sorprendido por una avalancha de talento español. Tanto en Marvel como DC y más allá de las fronteras superheroicas, los artistas nacionales han empezado a crear escuela. Las malas condiciones del dibujante en nuestro país han propiciado este éxodo, pero el triunfo más allá del Atlántico ha servido para reivindicar la calidad presente en nuestro país. No hay más que ver a artistas de la talla de Javier Rodríguez, Marcos Martín o Álvaro Martínez Bueno, y tampoco se puede olvidar a los denominados Stormbreakers 2022: una condecoración a los ocho mejores artistas emergentes del año según Marvel Comics, de los cuales cuatro son españoles.


Si hablamos de la Distinguida Competencia, pocos pueden rivalizar con Jorge Jiménez. El talentoso dibujante de Batman y La Liga de la Justicia supuso un boom para el apartado gráfico de la editorial, ofreciendo una narrativa visual completamente rompedora y con influencias del manga. No obstante, el reinado del granadino parece haber llegado a su fin. O, en todo caso, le toca compartir corona.


Y es que el manchego Bruno Redondo ha irrumpido con fuerza, recién llegado de ilustrar historias tan bien valoradas como el Escuadrón Suicida de Tom Taylor. Una vez más, colabora con el escritor australiano para hacer historia dentro de la editorial. A pesar de su escaso trabajo, Redondo ha logrado consolidarse como uno de los dibujantes estrella de DC, con un increíble talento plasmado en la obra que le ha valido fama internacional. Hablo de Nightwing: Saltar a la luz, uno de los cómics más destacables dentro del panorama reciente de la editorial y con un apartado gráfico que no dejará a nadie indiferente.


Ilustración de Bruno Redondo con color de Adriano Lucas para Nightwing #78
Ilustración de Bruno Redondo con color de Adriano Lucas para Nightwing #78

A pesar de que su nombre no resulta tan reconocible para el público general, todo el mundo conoce a Nightwing. Al menos sí a su antiguo alias: Robin. Dick Grayson fue el primero en vestir los calzones del icónico compañero de aventuras de Batman, cosa que le logró una fama desmedida. Sin embargo, dado el comportamiento estrambótico y campy de la época, el personaje a menudo era objeto de burlas. Largo fue su recorrido en compañía del Cruzado de la Capa, aunque también adquirió cierta popularidad en sus historias junto a los Jóvenes Titanes. De hecho, fue en la colección del grupo juvenil cuando, en 1984, abandonó definitivamente el manto de Robin.


Convertido en Nightwing, Dick gozó de una mayor libertad de acción. Y no solo dentro de las historias, ya que, al no depender del murciélago, los autores pudieron concederle una mayor personalidad propia. Convertido en un acróbata de élite con espíritu jovial y mallas ajustadas, el protector de Blüdhaven ha tenido un convulso recorrido durante casi cuarenta años de historias. Lo hemos visto caer en el lado oscuro, perder la memoria e incluso adoptar el manto de Batman, tomando a Damian Wayne, hijo de Bruce, como su nuevo Robin. De todas formas, dada la tendencia de los cómics occidentales a volver tarde o temprano a sus orígenes, el personaje vuelve a estar más en forma que nunca gracias a esta nueva serie.


Portada del Nightwing #87 ilustrada por Bruno Redondo
Portada del Nightwing #87 ilustrada por Bruno Redondo

Los guiones de esta nueva etapa corren a cargo de Tom Taylor, autor que saltó a la fama gracias a su trabajo en Injustice, serie que sigue los pasos del popular videojuego homónimo y que narra un futuro distópico dentro del Universo DC donde Superman se convierte en un villano. Años después, el australiano entraría en Marvel para empezar a trabajar con personajes mutantes. Series como X-Men: Red o All-New Wolverine le valdrían para consolidar su estilo, alejándose de aquella violencia explícita de Injustice para ofrecer historias frescas, juveniles y con un potente mensaje social.


Todo esto se ve reflejado en su Nightwing, que funciona como un auténtico epítome de las tendencias de este premiado autor. En sus seis números iniciales (recogidos en el primer tomo recopilatorio que publica ECC Ediciones), Taylor demuestra un vasto conocimiento del Universo DC y el recorrido previo de Dick Grayson. Sin embargo, en lugar de quedarse estancado en el pasado (algo habitual en muchos autores contemporáneos), se desviste de todo halo de nostalgia para impulsar al personaje hacia un nuevo futuro glorioso. La propia estética visual de la obra lo deja claro: Nightwing salta hacia la luz en horizontes repletos de vida y color, como si fuera un ser intocable y todopoderoso. No se puede olvidar que se trata de un humano corriente y sin ninguna clase de poder, pero eso no lo detiene. Al fin y al cabo, se ha convertido en algo más que un simple hombre: Nightwing es un símbolo.


Desde el primer momento, la historia se ocupa de dar voz a sendas problemáticas sociales contemporáneas. La ciudad de Blüdhaven no deja de ser un sucedáneo de Gotham, con todo lo que eso conlleva: corrupción política, altos índices de criminalidad y un ambiente lúgubre y hostil. Tom Taylor se sirve de esta premisa para criticar el abandono de los barrios bajos por parte de la clase política, obligando a niños pequeños a dejar sus casas y renunciar a un futuro digno. La indigencia está en alza en Estados Unidos desde las últimas décadas, con cifras desalentadoras que demuestran que algo está fallando en el sistema, y el cómic se asegura de realizar una crítica severa pero que, contra todo pronóstico, da un margen de aprendizaje y esperanza.


La secuencialidad es uno de los puntos fuertes de este cómic
La secuencialidad es uno de los puntos fuertes de este cómic

Y es que, a pesar de los temas que trata, Nightwing: Saltar a la luz no es un cómic duro. Ni siquiera al abordar el maltrato animal, ya que, como con el resto de problemáticas presentes en la historia, ofrece una perspectiva optimista donde la bondad del ser humano prevalece sobre la perversidad. Es por eso que el personaje de Nightwing se convierte en un auténtico icono, sirviendo a la ciudadanía y enfrentando el mal social directa e indirectamente. El mensaje contra las clases pudientes está presente en todo momento, cosa que, teniendo en cuenta cuántos millones atesora Batman/Bruce Wayne en el banco, propicia varias situaciones cómico-satíricas. Aun así, que la fortuna del murciélago se utilice para alimentar a personas sin hogar y concederles viviendas propias choca con la filantropía indirecta que suele verse por parte del murciélago. Dick Grayson es un personaje mucho más pragmático, próximo a la gente de a pie y consciente de sus raíces humildes, por lo que resulta sencillo empatizar con él.


La frescura del cómic se ve también reflejada a través del trabajo de Bruno Redondo a los lápices. La Blüdhaven que retrata se separa completamente de la imagen habitual de Gotham City, concediéndole una identidad propia como en escasas ocasiones se ha visto. Es una ciudad repleta de luz y color, humilde pero colaborativa y muy concurrida, al estilo de los barrios del extrarradio neoyorkino. La preciosa luz de los ocasos y amaneceres se debe al talento del colorista Adriano Lucas, cuya energía viene como anillo al dedo de Redondo. Sus tonalidades son planas pero tremendamente simbólicas, jugando con la ausencia de sombras y el neón.


Además, el trabajo de Lucas acompaña perfectamente cada recurso de Redondo, quien se permite una originalidad tremenda en su narrativa visual. El manchego utiliza simbología externa para ilustrar las emociones de los personajes, así como pequeñas representaciones de los mismos que los caricaturizan brevemente. Todos estos recursos provenientes del manga enriquecen la historia en un collage repleto de innovación. También lleva la secuencialidad a su máximo esplendor, ofreciendo splash-pages que conducen al protagonista de un extremo a otro de la viñeta mediante ristras de movimiento. Otros recursos dignos de mención son unas breves series de viñetas aparentemente inspiradas en los manuales de Ikea, ilustradas con la sencillez propia de este estilo y con el propósito de explicar el funcionamiento del material táctico de Nightwing.


Viñetas de Nightwing #80
Viñetas de Nightwing #80

Pese a ser una historia individual, son muchos los personajes que acompañan a Dick Grayson en su aventura. Gran parte de la Batfamilia está presente en mayor o menor medida, aunque es Barbara Gordon quien se lleva la mayor parte del protagonismo. La antigua Batgirl retoma en estas páginas su papel de Oráculo, cumpliendo la función de “chica de la silla” para mantener informado a Nightwing durante su servicio heroico. Su dinámica es uno de los puntos fuertes de la historia, que se ve inundada de referencias al pasado de ambos personajes. Aun así, gracias a la destreza narrativa de Tom Taylor, el contexto de la propia serie basta para poder entender su relación. El equilibrio entre amistad y romance mantiene en vilo al lector, obligándolo a pasar página con la esperanza de encontrar el ansiado beso entre ambos personajes.


Otro de los personajes esenciales de la historia es Alfred Pennyworth, el legendario mayordomo del Murciélago de Gotham. Hay que saber que este perdió la vida durante la etapa de Tom King a cargo de Batman, lo cual no quita que su presencia sea notable: en espíritu, Alfred es la voz de la razón de Nightwing y cumple un papel de referente. Su despedida se lleva gran parte del peso dramático, impulsando a Dick a ser mejor persona y poner en práctica todo el conocimiento aprendido. Quienes conozcan la larga relación entre ambos personajes quizá se emocionen con el final del primer número, un homenaje en toda regla a la figura del mayordomo más icónico de la cultura popular.


Homenaje al recientemente fallecido George Pérez, artista legendario de la editorial, en las páginas de Nightwing
Homenaje al recientemente fallecido George Pérez, artista legendario de la editorial, en las páginas de Nightwing

Con estos seis números, el tomo de Nightwing: Saltar a la luz abarca el primer arco de una etapa de largo recorrido en Estados Unidos. La primera historia, que sienta las bases presentando al héroe y su villano Blockbuster, es un soplo de aire fresco dentro de una editorial resentida por el tiempo. Tras múltiples reinicios sin sentido y proyectos fallidos, DC encuentra un oasis gracias a Tom Taylor, Bruno Redondo y el resto del equipo, quienes ya le han valido múltiples nominaciones y dos Premios Eisner, es decir, la condecoración más prestigiosa dentro de la industria del cómic. Con una propuesta original pero que rinde homenaje al pasado al mismo tiempo que mira hacia delante, la serie demuestra que estos añejos personajes aún tienen mucha tela que cortar.


Las aventuras de Dick, Barbara y el resto de discípulos de Batman no han hecho más que empezar. Aun así, las historias venideras lo tienen difícil para estar a la altura de este arco de presentación. Solo queda confiar en los autores, aunque, visto lo visto, ya han demostrado con creces que su talento no hace más que ir en aumento.


Ficha técnica
Nombre: Nightwing: Saltar a la luz
Numeración: Nightwing Vol. 4  #78-83 USA
Editorial: ECC Ediciones (DC)
Precio: 21,85€ (oficial)
Autores: Tom Taylor (guion), Bruno Redondo (dibujo)


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