ECC Ediciones reedita en formato Grandes Novelas Gráficas de DC un clásico de clásicos.
Hay historias que no pueden faltar en la estantería de ningún fanático de DC. Una de ellas es Crisis en Tierras Infinitas, el primer gran evento de la editorial y punto de inflexión absoluto. Qué decir también de Crisis Infinita o Crisis de Identidad, grandes relatos que aúnan todas las cabeceras de la compañía en aras de crossovers multitudinarios. En DC, la palabra “crisis” es sinónimo de grandeza y relevancia. Sin embargo, no todos los acontecimientos históricos dentro de la narrativa de este universo la llevan en su título.
Hay que decir que Odisea Cósmica no es tan conocida como ninguna de las historias previamente mencionadas, y tampoco ha trascendido de la misma manera ni es usual que se retomen las ideas que planteó por allá en 1988. Sin embargo, lo único que le falta para estar a su altura es esa palabra que se repite en todos sus títulos. Quizá Odisea Cósmica no busque tanto la inmensidad de todas esas composiciones a rebosar de personajes icónicos, pero su grandeza reside en otros aspectos.
Y es que este cómic se publicó originalmente de una forma atípica, distinta a como se solía hacer con esta clase de historias: llegó a librerías y quioscos a través del formato prestigio, es decir, de tamaño doble (cuarenta y ocho páginas en lugar de las habituales veinticuatro), con una premisa más rápida y concisa que las de otros tebeos similares.
Para llevar a cabo este extraño proyecto, la editorial reunió a dos grandes talentos del momento. Uno de ellos era Jim Starlin, afamado guionista y dibujante, famoso por ser el creador de Thanos en Marvel y brindar en los setenta una épica saga cósmica que conocería su secuela algunos años más tarde. Su carrera en la Distinguida Competencia había sido mucho más escueta y terrenal, siendo el autor de Una muerte en la familia, la popular historia de Batman en la que Jason Todd, el segundo Robin, murió a manos del Joker.
Debió ser a raíz de sus trabajos en Marvel y su gusto por la fantasía cósmica que DC le concedió la oportunidad de escribir esta historia, mucho más a juego con sus gustos como autor. Y para acompañarlo a los lápices se contó con Mike Mignola, ilustrador que saltaría a la fama cinco años después, con la creación de Hellboy. Por aquel entonces no era la leyenda en que se convertiría, pero empezaba a limar su estilo y a demostrar una identidad creativa única. Trabajos como The World of Krypton lo corroboraban, aunque sería aquí donde expondría su máximo potencial.
Y es que la narrativa gráfica de Odisea Cósmica es especialmente interesante, no solo por el llamativo empleo de sombras y la esquematización de sus personajes: también por su manera de estructurar las viñetas y romper la monotonía de los elementos habituales. Mignola jugaba con los silencios de una manera atípica en la DC más superheroica, y también demostró un gran talento para crear escenarios de ciencia ficción y desarrollar grandes contiendas y escenarios enigmáticos e incluso terroríficos.
Sobre la historia, hay que decir que no tiene especial misterio: narra la clásica aventura épica del bien contra el mal, solo que con un pequeño giro. Y es que todo orbita en torno a la enemistad entre los Nuevos Dioses de Nueva Génesis y el planeta Apokolips, liderado por Darkseid y sus huestes malignas, conceptos planteados originalmente por Jack Kirby en su saga del Cuarto Mundo. Lo curioso es que Starlin decidió unir ambos bandos en uno solo, obligando a amigos y adversarios a aunar fuerzas para derrotar a un misterioso enemigo común.
Odisea Cósmica abarca cuestiones casi lovecraftianas, hablando sobre la inmensidad del cosmos y los peligros que existen más allá de lo ininteligible o las limitaciones del humano mortal. Habla de dioses y héroes desde una perspectiva aparentemente inspirada en la mitología griega, con esa solemnidad propia de las leyendas helénicas, solo que cambiando a las deidades por superhéroes. Hay cabida no solo para los Nuevos Dioses sino también para Superman, Linterna Verde o Starfire.
Incluso Batman es partícipe, algo que permite a Mignola lucirse con los bajos fondos de Gotham, ahora amalgamados con el monstruoso misterio y el conflicto bélico de escala galáctica que envuelve a la historia.
Resulta especialmente deprimente que Odisea Cósmica no haya trascendido tanto como otros cómics similares. Quizá no presentó ningún concepto rompedor, algo de lo que autores posteriores pudieran nutrirse, pero su impecable uso de la mitología kirbyana y la originalidad del dibujo la elevan como una obra indispensable.
Además, al contrario que otros eventos galácticos, este cómic no es simplemente aventura y acción: habla de la insignificancia del ser humano ante la inmensidad del espacio, así como otros asuntos algo más delicados para la sociedad del momento como el racismo o el suicidio. No es de extrañar que, aunque no tenga todo el reconocimiento que merece, haya trascendido como una obra de culto entre los aficionados.
La nueva edición que trae ECC vuelve a colocar este tebeo en las estanterías, en un espectacular formato donde los lápices de Mike Mignola se lucen como nunca. Una oportunidad única para disfrutar de una historia que ningún fanático de DC puede perderse.
Ficha técnica
Nombre: Odisea Cósmica
Numeración: Cosmic Odyssey #1-4 USA
Editorial: ECC Ediciones (DC)
Precio: 27,50€
Autores: Jim Starlin (guion), Mike Mignola (dibujo)
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