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Paco Anguita: “Siempre me ha gustado contribuir para que el día 5 de enero sea el más bonito de Dos Hermanas”

Actualizado: 24 ene

Una entrevista de Paco Gil

Fotografías Raúl Díaz

Entrevistas en ‘primera persona’

 

El caso de Paco Anguita es claro ejemplo de alguien al que no le pesa dedicar gran parte de su tiempo libre para lograr que, por igual, pequeños y grandes disfruten de uno de los días más bonitos del año. Por eso, a sus ya 80 años, continúa yendo cada tarde por la nave de la calle Arroz, donde se obra el milagro de convertir cartones y maderas en auténticas obras de arte que, repletas de niños, recorren cada día 5 de enero las calles de Dos Hermanas repartiendo, sobre todo, ilusión.


Paco Anguita

 

Si algo distingue además a Antonio Francisco González Anguita (Sevilla, 1944), Paco Anguita para todos, es su humildad, su paciencia y entrega callada, lejos de las glorias tan ansiadas por otros y que a él le importan lo más mínimo. Siendo aún mozo, y gracias a su entrañable amigo Pepe Camero, conoció un buen día a los pocos que por entonces se dedicaban a tratar de sacar por Dos Hermanas la Cabalgata de los Reyes Magos, y decidió sumarse a ellos, atraído por la labor tan bonita que hacían, al tiempo que totalmente altruista. Desde entonces, y ya van más de sesenta años, ha sido el autor de los diseños de las carrozas.

 

Pero, además, durante años ha permanecido siempre al lado de su esposa, María Luisa Jiménez Peña, en esa tarea también tan generosa y enriquecedora de crear un grupo de danza y de llevar los bailes y cantes tradicionales de Dos Hermanas y de Andalucía por todos los continentes a través del Grupo de Danza Ciudad de Dos Hermanas.

 

Como siempre, ‘Dos Hermanas al Día’ ha mantenido un entrañable encuentro con el protagonista de esta nueva entrevista en ‘Primera persona’, y cuyo contenido íntegro es el que sigue:

 

“De niño estudié en la academia de Doña Lola y luego en Los Frailes, y cuando aprobé el Bachillerato, ingresé en el Seminario de Sevilla”

 

“Pese a que mis padres vivían en Dos Hermanas, yo nací en Sevilla, en concreto en la casa de una hermana de mi madre que vivía junto a la Parroquia de San Roque, porque allí era donde ella siempre iba cuando daba a luz, y allí mismo nos bautizaron también, aunque ya luego nos veníamos todos para Dos Hermanas. Esto fue lo que ocurrió con los cuatro hijos que tuvo, de los que en estos momentos, por desgracia, solo quedamos dos. Éramos, por este orden, Manolo, Pepe, yo y Pedro. Todos varones, sí. En Dos Hermanas, mis padres vivían por entonces en el número 3 de la calle Velázquez, que era el almacén de aceitunas de Santo Betis, donde mi padre, Manolo González Rojas, era el encargado, aunque después se fue al de Ramón Caró, donde allí siguió hasta que por último entró en León y Cos. Mi padre nació también en Sevilla. Fue bautizado en la Parroquia de San Benito, y durante toda su vida tuvo muchas profesiones, hasta que finalmente entró de encargado de almacenes de aceitunas en Dos Hermanas. Mi madre se llamaba Lola Anguita Navas, que también era de Sevilla, y que, además de criarnos, trabajaba en ‘Los Caminos’, una empresa de confección que se encontraba en la calle Francos, y donde era costurera. Mi padre falleció con 81 años de edad y mi madre con 83 años”.




“En mis comienzos de niño, yo estudié en la academia de Doña Lola, y ya de allí pasé a Los Frailes, donde hice el Bachillerato, y, cuando lo aprobé, ingresé en el Seminario de Sevilla, que se encontraba por entonces en el Palacio de San Telmo, donde estuve hasta los 23 o 24 años, que fue cuando me salí. Yo la verdad es que en un principio quería ser cura porque creía que tenía vocación, pero cuando acabé en el Seminario, ni siquiera me llegué a ordenar porque lo dejé. Y es que me di cuenta de que yo soy creyente, pero que no tenía verdadera vocación para ser cura. La verdad es que no me sentía seguro, y, al no estarlo, pues creía que lo mejor era no ordenarme. En esa decisión al principio de ser cura no influyó nadie en mí, sino que yo fui el que lo pedí. Y cuando me salí, fue entonces cuando empecé a estudiar Magisterio”.

 

“Como maestro, salvo en dos pequeñas etapas en Sevilla, he pasado por el Valme Coronada, Fernán Caballero y el Cantely, donde estuve hasta que me jubilé”

 

“La carrera de Magisterio la hice en La Trinidad, de forma que por la mañana me dedicaba a dar clases particulares a niños y niñas en mi casa y ya por la tarde era cuando me iba a Sevilla. Cuando acabé Magisterio, me examiné de las oposiciones, sacándolas al tercer intento. El caso es que en esa época, en la que además yo ya estaba saliendo con María, fue cuando, con 27 años, me tuve que ir a la ‘Mili’, que me tocó primero en el campamento de Cerro Muriano, en Córdoba, y luego ya en Sevilla, en Intendencia, que estaba donde hoy se encuentra la Diputación Provincial, Y cuando la acabé, fue cuando me casé y cuando me llegó mi primer destino como maestro, que fue en Sevilla, donde estuve dos años, hasta que conseguí volver a Dos Hermanas. Primero pasé dos años en el Valme Coronada, luego tuve una corta etapa de nuevo en Sevilla en el barrio de Las Letanías, donde, a pesar de ser un barrio complicado, me fue bien, y ya mi siguiente destino fue en el Fernán Caballero, donde permanecí unos cuatro años, para llegar finalmente al Cantely, donde ya estuve hasta que me jubilé. En esa época di clases tanto a alumnos de primero como de segundo de Bachillerato, y ya se sabe que los maestros lo éramos por entonces de todo tipo de materias”.

 

“Mi colaboración con la Cabalgata de los Reyes Magos, donde llevo más de sesenta años, empezó desde joven gracias a un amigo, Pepe Camero”

 

“Mi colaboración con la Cabalgata de los Reyes Magos, donde llevo más de sesenta años, empezó desde joven gracias a un amigo, Pepe Camero. Cuando conocí lo que hacían allí, me di cuenta de que me gustaba mucho esa labor. Por entonces no era la Cabalgata de ahora, porque es que ni siquiera había asociación ni tampoco contaban con sede. Por ejemplo, cuando yo llegué, la Cabalgata se montaba en una nave que había en La Exportadora, que estaba descubierta por una parte y donde las ventanas las teníamos que tapar con cartones por si llovía. Y ya después pasó por un montón de sitios más: por la calle Toneleros, por el almacén de ‘El Quito’ en El Palmarillo, por una nave de Saimaza, que en su momento fue cine de verano, por otra que había junto al antiguo Colegio del Ave María y, ya finalmente, por la de la calle Arroz, que es donde estamos actualmente. Y yo casi siempre me he encargado del diseño de las carrozas. Recuerdo que al principio éramos cuatro personas: Camero, Varela, Arias y yo. Y después empezaron a llegar más, hasta hoy que la verdad es que somos un montón de voluntarios. Y nos gustaba tanto esto, que al final le echábamos muchas horas. A mí no se me daba mal diseñar, que fue en lo que me especialicé, pero, bueno, esa función ya no lo hago porque la ha asumido Diego Gómez. Y ya con el tiempo fue cuando se creó también la Asociación Nazarena Pro Cabalgata de Reyes Magos ‘Estrella de la Ilusión’, al frente de la cual se encontraban Pepe Guisado, que era el concejal de Cultura y Fiestas y el que la creó, y al que siguió luego Pepe Román y, ahora, Rosario Sánchez. Y con el tiempo, pues me acabaron nombrando presidente de la Asociación, responsabilidad que, la verdad, quiero ya dejar porque ni tengo edad ni facultades para llevar todo esto para adelante”.



 

“La noche del 5 de enero veo salir a la Cabalgata y a lo mejor me acerco por la zona del Colegio de la Sagrada Familia para verla otra vez, pero luego, Pepe, que es el coordinador, y yo nos volvemos a la nave, donde estamos hasta que entra. Y mientras la veo en la calle, todo lo que hago es autocrítica, de forma que cuando llegaba de nuevo a la nave decía lo que había ido bien y lo que no para tratar siempre de corregir errores. Yo disfruto mucho la Cabalgata, por supuesto, pero, eso sí, a mi manera, porque cuando sale lo que hago es estar pendiente de lo que no había ido bien, para que no volviera a ocurrir al año siguiente. Cuando entré en la Cabalgata, con unos 26 años de edad, había solo cinco carrozas: las de los tres Reyes, la de la Estrella y otra dedicada a Papá Noel. Y justo ese año, un día 2 de enero, pasó que cuando nos encontrábamos en la tienda de ‘La Estrella’, que estaba en la calle Real, nos llama de pronto Muñoz Rivero y nos pregunta, así de pronto, que si éramos capaces de sacar la Cabalgata. Y dijimos que sí. ¿Y cómo lo hicimos? Pues cogiendo todo lo que había guardado de otros años. Una locura, pero es que durante un tiempo esto fue así”.

 

“A mí me han ofrecido muchas veces salir de Rey Mago, pero siempre he dicho que no, porque, sencillamente, a mí lo que me gusta hacerlas y verlas en la calle”

 

“De niño, yo recuerdo haber visto a los Reyes Magos a caballo. Luego ya con el tiempo los vi salir de una nave del Palmarillo con unas seis carrozas o por ahí, y poco a poco fue creciendo, hasta las veinte que tenemos hoy, y porque tampoco caben más en la nave. Yo no he salido nunca en la Cabalgata, pero mi mujer sí lo hizo un año de Rey Mago, de Baltazar en concreto. A mí me han ofrecido muchas veces salir también de Rey Mago, pero siempre he dicho que no, porque, sencillamente, era algo que no me llamaba la atención. A mí me gustaba hacerlas y verlas, pero ya está. Y, bueno, salió entonces mi mujer y este año le toca a mi hijo, que encarnará a Gaspar. Eso sí, he sido pregonero de la Cabalgata, encargo que me hizo pasarlo bien porque se trata de una labor muy bonita, aunque tengo el sabor amargo de que fue en un año muy complicado para nosotros. Recuerdo que antes contábamos solo con un mes para montar la Cabalgata, lo que nos obligaba a hacerlo como podíamos, pero ahora disponemos de más tiempo, de forma que el trabajo que se realiza es mucho más elaborado. Esto ha hecho que Dos Hermanas tenga desde hace años una Cabalgata que está acorde con su importancia y su categoría. Y eso es además algo que se ve en la calle”.


Paco Anguita

 

“En relación con los años que llevo en la Cabalgata, siempre tendré un recuerdo muy especial hacia Pepe Camero, porque él fue el que me metió en todo este tinglado y porque era un auténtico entusiasta de la Cabalgata. Y, con respecto a mí, lo único que puedo decir es que seguiré colaborando con ella hasta que me parezca o hasta cuando me quiten de presidente, aunque eso no me impedirá que siga yendo por la nave de vez en cuando ya que se trata de algo que, después de tantos años, no se puede olvidar de un día para otro. Y sobre todo porque contribuyo, aunque sea con algo mínimo, en hacer, al menos para mí, que el día 5 de enero sea el más bonito del año en Dos Hermanas, porque la Cabalgata y la Romería de Valme son las celebraciones en las que más personas se mueven. La Cabalgata de Dos Hermanas, que al menos yo recuerde, no ha dejado nunca de salir. Bueno, el último alcalde de la dictadura resulta que la quitó porque al parecer no le gustaba, de forma que no salió durante tres años, hasta que ya en democracia, Pepe Guisado, que fue delegado de Fiestas con Benítez Rufo, la recuperó de nuevo”.

 

“María, mi mujer, y mi cuñado José María fueron los que crearon el Grupo de Danza Ciudad de Dos Hermanas, con los que yo he colaborado también mucho”

 

“A María, mi mujer, la conocía desde chico, porque se daba la circunstancia de que yo era amigo de su hermano, aunque por aquella época yo no le echaba cuenta a eso del amor, hasta que un día, con veintitantos años, me di cuenta de que la quería. Nos hicimos entonces novios y nos casamos a los cinco años. La verdad es que nos casamos mayorcitos para aquella época, porque yo tenía ya algo más de treinta años. Y tuvimos un hijo, José María. Y aparte de mi faceta con la Cabalgata, yo he colaborado con María en la creación del Grupo de Danza Ciudad de Dos Hermanas. Recuerdo que todo surgió en lo que es ahora el Hogar del Pensionista, que era una especie de asilo, y con niños de ahí y niñas de La Compasión se creó el primer grupo. Eso fue por el año 1965. Y todo lo organizaron María y mi cuñado José María. Ella trabajaba por entonces en una guardería, pero decidió irse a Madrid para hacer un curso y convertirse en profesora de gimnasia, y cuando lo consiguió, su primer destino estuvo en el Instituto Valme, que era el único que había por entonces, pasando ya luego al Colegio de La Compasión. Por entonces llegaron a ensayar en muchos sitios, desde cocheras a sedes de hermandades, hasta que llegamos a la barriada de Cantely y ya más tarde a la Casa del Arte, donde siguen hoy en día”.


Paco Anguita
Paco Anguita

“Al principio, mi colaboración con el Grupo de Danza se limitaba a tocar la guitarra, pese a que lo que yo sabía era sota, caballo y rey, pero luego acabé también bailando, lo mismo que María. A ella le sirvió mucho para llegar a organizar el Grupo el hecho de haber estado en Sevilla en la Sección Femenina, donde se organizaban muchos bailes, y ya ella fue luego metiendo otros, como fue el caso del flamenco. Por entonces no era como ahora, en el que el Grupo participa en muchos festivales que se celebran por todo el mundo, sino que, como todo dependía de la Sección Femenina, a lo mejor lo que hacían era mandarnos una vez al año a algún lugar de España, hasta que ya en democracia María empezó a contactar con festivales de distintos países y empezamos a viajar. Yo creo que, menos en Australia, hemos estado en todas las partes del mundo. Fue una experiencia muy importante para nosotros, porque, además, como íbamos en plan de aficionados, pues a lo mejor en cualquier ciudad que visitábamos nos mandaban a dormir o a comer a la casa de una familia de allí”.

 

“Creo que debido a toda esa labor que hemos venido realizando de forma altruista es por lo que el Ayuntamiento nos concedió a mi mujer y a mí el honor de nombrarnos ‘Hijos Predilectos’ de Dos Hermanas”

 

“Además, tanto mi mujer como yo hemos estado siempre muy metidos en la idea de recuperar antiguos cantes y bailes, especialmente de Dos Hermanas, como ‘La Carrasquiña’ o ‘Las Jotillas Nazarenas’. Y los recuperábamos después de que alguien, a lo mejor, nos comentara algún baile de su época, y ya nosotros, junto con mi cuñado, nos encargábamos de investigar. Era muy curioso observar cómo cuando viajábamos por algunos países y nos veían bailar sevillanas, que es un baile que tiene cuatro partes, pues resulta que no las entendían porque pensaban que era siempre lo mismo. Aunque cuando se bailaba flamenco, ya era otra cosa porque se trataba de algo que ellos esperaban ver más de nosotros. María estuvo al frente del Grupo hasta hace unos nueve años más o menos, que fue cuando le tomó el relevo nuestro hijo, que es el que mantiene la saga familiar. Él estuvo en el Grupo desde chico, hasta que llegó el momento de elegir a un director para sustituir a María y todos lo votaron a él”.


Paco Anguita

“Creo que debido a toda esta labor que hemos venido realizando, fue por lo que en el año 2014 el Ayuntamiento que presidía Quico Toscano nos concedió el honor, a mi mujer y a mí, de nombrarnos ‘Hijos Predilectos’ de Dos Hermanas, lo que significó mucho para nosotros porque se trata del don más grande que te puedan conceder en una ciudad. Para nosotros fue una alegría muy grande, que creo que nos lo dieron por la labor totalmente altruista que hemos venido realizando durante muchos años tanto con la Cabalgata como con el Grupo de Danza”.

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