Un nuevo nombre para un mismo latido - Fundación Cajasol Andalucía

El CAV Esquimo se transforma en Fundación Cajasol Andalucía, reflejando una alianza que va más allá del patrocinio: es un proyecto compartido de identidad, territorio y deporte.

En el voleibol, como en la vida, los cambios de nombre no siempre significan ruptura. A veces, como en este caso, apuntan a una evolución coherente, fruto de una relación que se ha ido tejiendo con paciencia, compromiso y una visión común. El Club Voleibol Esquimo de Dos Hermanas se convierte oficialmente en Fundación Cajasol Andalucía, un renacimiento con raíces profundas. No se trata solo de una cuestión de branding: es el reflejo de un respaldo firme, generoso y decidido por parte de la

Fundación, que apuesta por el voleibol como vehículo de formación, inclusión y orgullo regional.

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Este acuerdo, que ya venía sosteniendo al club en los últimos años, da ahora un salto cualitativo. No es solo un patrocinio, es un convenio con alma. La Fundación no solo pone nombre, sino que se arremanga: apoya a los equipos federados y no federados, apuesta por las escuelas de base, y promueve una red de colaboraciones que amplifica el impacto del club más allá de la pista. A través del deporte, se construyen vínculos, se forja carácter y se activa el territorio. Andalucía, aquí, no es un apellido comercial: es una declaración de pertenencia.

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El equipo nazareno, que por tercera temporada consecutiva llevará su bandera por Europa en la CEV Challenge Cup, consolida así una etapa de madurez. Tras coquetear dos años con los playoffs por el título nacional, encara el nuevo curso con ambición, pero también con una renovada responsabilidad: representar no solo a un club, sino a un modelo. Un modelo que cree en el talento joven, en el trabajo a largo plazo y en el deporte como herramienta de transformación.

Y mientras el primer equipo brilla, la cantera no se queda atrás. Cuatrocientos jóvenes, desde alevines hasta seniors, entrenan cada semana bajo una misma filosofía: crecer como deportistas, pero sobre todo como personas. Ese es el verdadero logro de esta alianza: que la Fundación y el club compartan no solo objetivos, sino valores.

En tiempos de fugacidad y nombres que cambian al ritmo del mercado, esta transformación tiene algo de sólido y duradero. Porque si el nombre cambia, es para decir más y mejor quiénes somos. Y en esa voz nueva, “Fundación Cajasol Andalucía”, suena el eco de muchas otras: las de quienes creen que el deporte puede, también, contar una historia de futuro.