Dos Hermanas es una ciudad, pero con un sentimiento y un espíritu muy vivo de sus habitantes, con una vida muy activa y participativa, comprometidos con su entorno, siendo esto un gran atractivo para el turismo y convirtiendo a Dos Hermanas, en un destino con alma. Prueba de todo ello, es la cantidad de hermandades, asociaciones y clubes sociales, culturales y deportivos, que dinamizan la ciudad, siendo estas entidades una factoría de eventos, que llenan la agenda de la ciudad durante todo el año.
Además, Dos Hermanas y su gente, son personas muy hospitalarias, solidarias y cercanas a los demás. Destacando su población joven en particular, que tienen un papel muy importante, los cuales además de su formación académica, participan en muchas actividades que oferta la ciudad, pero especialmente en el deporte base, donde se forman como persona y se impregnan de los valores que transmite el deporte, como son el respeto, la disciplina, la constancia, la tolerancia, el trabajo en equipo y el espíritu de superación. Valores vitales para el desarrollo como persona, germinando una Dos Hermanas con talento y con futuro, tan importante también para el turismo.
Nuestros mayores, nuestro gran tesoro, son los habitantes de la ciudad que le dan el verdadero sentido, sosiego y fidelidad a nuestra tierra. Los cuales han levantado con su trabajo y esfuerzo su pueblo, hoy ya una gran ciudad. Ellos han visto el desarrollo de una ciudad que es imparable en su crecimiento sostenible. También son nuestros mejores cicerones para acoger y guiar a nuestros visitantes, ya que tienen un amplio conocimiento de la realidad de nuestra ciudad y de nuestro pasado o historia.
Dos Hermanas y su Patrimonio Humano
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