Aquaman y el reino perdido. Director: James Wan. Intérpretes: Jason Momoa, Amber Head, Patrick Wilson, Nicole Kidman.
SINOPSIS: Black Manta, enemigo acérrimo de Aquaman, consigue hacerse con un artefacto mitológico, el Tridente Negro, para derrotar al Príncipe de Atlantis. Aquaman tendrá que forjar una alianza con su hermano Orm, sacándolo de la prisión en la que estaba para derrotar a Black Manta antes de que destruya el mundo submarino.
OPINIÓN: Este 2023 acaba del mismo modo que finalizó 2018: con el estreno en cines de una aventura del príncipe de Atlantis Aquaman. James Wan debutó con la primera entrega ofreciendo un espectáculo de aventuras difrutable, donde la historia no da respiro y el carisma de Jason Momoa traspasa la pantalla. El resultado fue un inesperado exitazo de taquilla, colocándose en los primeros puestos de recaudación ese año.
La fórmula sigue siendo la misma. Wan sigue deslumbrando con su visión del mundo submarino, enriqueciendo se mitología o lore, con secuencias de acción grandiosas; Momoa sigue encarnando a un héroe que se balancea entre una fortaleza impresionante y un humor socarrón que le sienta como un guante; repite Black Manta como némesis, esta vez siendo un villano de más categoría. En su contra está el reducido papel de Amber Head y la no participación de Willen Dafoe como el maestro de Aquaman.
Aventura brillante, desenfadada, un fin de fiesta del Universo cinematográfico DC que empezó con El hombre de acero (2013, Zack Snyder) que acaba por todo lo alto.
CURIOSIDADES: Fin de ciclo.
El año 2023 es un año de cambios. Ha ocurrido que aquellos títulos que iban de una manera más o menos segura a conseguir una potente recaudación han sufrido varios varapalos; y que otros que tendrían un éxito más moderado han amasado millones. Y el cine de superhéroes es el gran damnificado.
Ya no tienen el favor del público a ciegas como lo tenían años atrás, donde cualquier peliculita, y sobre todo si era de Marvel Studios, estaba en el primer puesto de taquilla. Como todo, y más en el cine, llega un momento en que la audiencia empieza a mostrar signos de fatiga y a dar la espalda a productos que ya han perdido la chispa y no son tan frescos como aquellos que los llevaron a llenar las salas de cine.
No es nada nuevo, ya que el cine como producto de masas, ofrece aquello que el público objetivo quiere ver. Lo mismo pasa con las series, donde el True crime goza de una enorme popularidad y las plataformas de streaming estrenan documentales o series basadas en hechos reales contando crímenes reales. Desde 2008, con el estreno de Iron man (2008, John Favreau), las películas basadas en cómics inundaron las pantallas, llegando a su cima con la película evento Los Vengadores: Endgame (2019, Joe y Anthony Russo) y ahora están en una especie de tierra de nadie, donde se estrenan títulos que van más con el piloto automático que con una idea fresca y meguando en recaudación. Siempre hay excepciones (Eternals (2021, Cloé Zhao) que naufragan debido al hastío del público. Incluso estrellas que llenan salas han visto cómo su película se ha quedado a medio gas y no alcanzó la meta esperada, como le sucedió a Tom Cruise con Misión imposible: Sentencia mortal parte 1 (2023, Christopher McQuarrie), brillante film que no llegó a lo esperado.
Por otro lado, las dos trinufadoras incontestables este 2023 han sido Oppenheimer (2023, Christopher Nolan) y Barbie (2023, Greta Gerwich). Puede que un factor clave es que son historias autocontenidas, no es un número o una entrega más de una franquicia en la que tengas que ver todos sus títulos. Sorprende su gran éxito ya que no son historias fáciles, una habla sobre lo díficil que es ser mujer y el patriacardo, temas que levantan ampollas; y la otra es mayormente tres horas de gente hablando en despachos sobre física cuántica, pero con un ritmo que ya quisieran muchas cintas de acción.
Esto no es nada nuevo. El cine se mueve en ciclos, y donde un ciclo se acaba, otro comienza a surgir y a colocarse en cabeza por la demanda de la audiencia a consumir estas historias, hasta que pierden el favor y languidecen hasta que vuelven a captar la atención porque han cambiado el modo de contar o mostrar el género. A lo largo de la historia del cine muchos géneros han gozado de aceptación y han sucumbido, para volver a levantarse reinventando el género y dando productos más serios y autorreferenciales.
El género estrella de este tema es el Western. Género autentícamente norteamericano, ha estado presente en la industria de Hollywood desde el principio con El gran robo del tren (1904, Edwin S. Porter), que tiene el honor además de ser el primer corto donde el montaje empezó a caminar. Antes se rodaba de manera más estática, como una obra de teatro, donde los actores estaban en un solo espacio y siempre de cara a la pantalla. Aquí se empezó a montar en diferentes localizaciones, dando un ritmo más ameno a la historia.
Haciendo paralelismos modernos, la película que sería el Iron man de la época sería La diligencia (1939, John Ford). El maestro del cine John Ford, que ya había rodado multitud de westerns en la época muda, trae esta obra en la que los personajes tienen un desarrollo argumental más profundo, y donde las escenas de acción sirven para avanzar la trama, no son solo tiros. El salto de calidad fue enorme, y "las películas del oeste" fueron el género popular durante décadas, siempre reinventándose y avanzando en el lenguaje cinematográfico. El mismo Ford le daría siempre impulso y frescura al género, como demuestran su El hombre que mató a Liberty Valance (1962), donde juega con el cine negro y judicial; y Centauros del desierto (1956), quizá la película más depurada del género, y que se ha convertido en una película de culto por ese aire crepuscular que impregna toda la historia.
Empezó a decaer en los años 50 del siglo XX, donde fue relegado a una categoría menor, hasta que los italianos, cineastas desvergonzados que no dudaban en fusilar cualquier género que diera dinero, le insuflaron nueva vida con el western all`italiana o como es más conocido: Espaguetti western, con Sergio Leone a la cabeza al ofrecer los títulos mejor elaborados, siendo el estandarte La trilogía del dólar: Por un puñado de dólares (1964) que, como buen italiano, es una versión sin derechos de la obra maestra Yojimbo (1961, Akira Kurosawa) por lo que fue demandado; La muerte tenía un precio (1965) y la grandísima El bueno, el feo y el malo (1966). Este subgénero dominó la taquilla en Europa durante los 60 y 70, siendo de nuevo Leone el que le pondría fin con Hasta que llegó su hora (1968). Clint Eastwood, el protagonista de La trilogía del dólar, llevaría este western sucio y sudoroso al cine de Hollywood, con títulos como El fuera de la ley (1976), El jínete pálido (1985), hasta llegar a la obra cumbre Sin perdón (1992).
Se suele decir que el cine de superhéroes está saturando el mercado, cuando en la etapa de más popularidad del western se llegaron a estrenar hasta 125 películas en un solo año. Como se ha dicho, el true crime es lo que domina en casa, ahora toca ver qué cosas nuevas ofrecer que consigan atraer a la gente al cine. Un género que siempre está ahí, y que ha gozado de la aceptación de las masas incluso en sus horas bajas, con la mala fortuna de que no se le toma en serio cuando tiene grandísimas obras, es el terror, pero eso ya es otra historia.
Lo cierto es que cada vez con más rapidez la atención de la audiencia se desplaza en busca de nuevas sensaciones, y este reto será díficil de vencer para las productoras.
DISPONIBILIDAD EN STREAMING:
HBOMAX: El hombre de acero. Sin perdón. Aquaman
PRIME VIDEO: El hombre de acero. Por un puñado de dólares. El bueno, el feo y el malo. Aquaman
DISNEY+: Eternals. Iron man. Vengadores: Endgame.
MOVISTAR PLUS: Por un puñado de dólares. Centauros del desierto. Sin perdón.
FILMIN: La diligencia.
FLIXOLE: El bueno, el feo y el malo
TRAILER:
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