Redacción DHad

Estreno destacado. El exorcista: creyente

El exorcista: creyente (2023). Director: David Gordon Green. Intérpretes: Leslie Odom jr., Ellen Burstyn, Ann Dowd.

SINÓPSIS: Secuela directa de la película original estrenada en 1973, cuenta la historia de dos jóvenes que parecen estar poseídas por el demonio. Sus padres buscarán ayuda para a su vez, ayudarlas a ellas y contarán con la ayuda de Chris MacNeill, la madre de Regan, la primera joven que sufrió la posesión.

fotograma de la película el exorcista: creyente

OPINIÓN: David Gordon Green, junto con la productora Blumhouse, revitalizaron y crearon una línea temporal alternativa con el estreno de La noche de Halloween (2018, David Gordon Green), una secuela directa del clásico del cine de terror dirigido por John Carpenter en 1978. Ahora vuelven a repetir la fórmula con el estreno de una nueva segunda parte de El exorcista (1973, William Friedkin), obviando todas las continuaciones que se fueron estrenando.

Para que esta segunda parte adquiera más categoría de canon que el resto de películas, cuentan con la aparición de la actriz principal de la primera cinta, Ellen Burstyn, que interpretaba a la madre de Regan, la chica poseída. Con este movimiento pasan por alto todas las tramas anteriores y esta nueva trama no tiene el efectismo que tienen las cintas estrenadas durante los años 80, ya que el lenguaje que se utiliza ahora en el cine de terror da más peso al drama que se sufre que a ofrecer continuos sustos. Un aspecto interesante, pero que puede aburrir a aquellos que van buscando saltar de la butaca. El terror también se puede sufrir viendo cómo estas niñas están siendo "devoradas" por el demonio que las posee. Porque en esta historia son dos las personas poseídas a la vez, jugueteando con la idea de que igual una de ellas no lo está.

Gordon Green vuelve a ofrecer una historia sólida, donde los sobresaltos están al servicio de la historia, no al revés, y que su taquilla será vital para saber si esta nueva línea argumental tiene continuación.

Cartel de la nueva película del exorcista

CURIOSIDADES: Las posesiones en el cine.

El demonio siempre ha sido un recurso en el cine de terror. Desde casi el mismo comienzo del cine este ser ya ha sido utilizado. Ya desde historias de brujas, como ese recorrido por la historia de la brujería, Häxan (1922, Benjamin Christensen), película sueca que nos cuenta esta historia y las similitudes con situaciones modernas. También el demonio suele estar presente en el subgénero de casas encantadas, como es el caso de Terror en Amityville (1979, Stuart Rosenberg), donde la presencia demoníaca incita a asesinar.

El demonio como tal tiene su primera aparición "oficial" en The dybbuk (1937, Michal Waszynski), film polaco en la que muestran un exorcismo de una mujer el día de su boda. El cine europeo trataba este tropo con más asiduidad que en el cine estadounidense, sobre todo en Reino Unido, a través de sus películas antológicas de terror, donde el diablo siempre tiene hueco, siendo la cinta Los demonios (1971, Ken Russel) la que tiene mejor valoración entre los aficionados al terror. Basada en un suceso real que pasó en un pueblo francés en el siglo XVII, esta excesiva historia utiliza muchos elementos comunes a las posesiones y exorcismos, pero que su extravagancia puede ser un problema.

En 1973 se estrena la joya de la corona del cine de exorcismos, la inmortal El exorcista, que fue el catalizador para la proliferación de este subgénero, que es junto con el cine de tiburones el tema que más se utiliza, primordialmente en el cine B y Z. La cinta de Friedkin fue durante décadas la película de terror más taquillera de la historia, algo que habla de la calidad y atracción para el público. Ahora que se celebra el 50 aniversario se reestrena, así que es una buena ocasión para disfrutarla en pantalla grande, incluso realizar una sesión doble con esta nueva secuela de la historia.

A continuación hacemos un repaso cronológico por aquellos títulos más representativos que tiene este subgénero donde la morralla es lo más común.

Las meláncolicas (1971, Rafael Moreno Alba) es una cinta española, rodada en pleno cine del destape y cine quinqui, cuando el fantaterror tenía mucha aceptación en el público. Aquí la trama sigue a una mujer que se pone bajo los cuidados de un doctor por los problemas emocionales que sufre a raíz de presenciar el exorcismo al que fue sometida su madre. Juega con la línea de qué es cierto y qué es imaginación. Una cinta olvidada, como tantas del denostado por desconocimiento cine patrio.

El anticristo (1974, Alberto de Martino). La respuesta italiana a El Exorcista. Italia es la cuna del cine de explotación, utilizar la trama de películas taquilleras para producir una similar o directamente una secuela apócrifa. Este cine es apasionante, porque entre tanto cine malo hay unas cuantas joyas que no están limitadas por la censura de las productoras y pueden dar un paso más allá, para ofrecer una historia más sórdida. En esta cinta, la protagonista queda inválida y con una crisis de fe después de sufrir un accidente automovilístico en el que muere su madre. Después de una sesión de hipnosis llevado por su psicólogo revive una vida pasada donde fue poseída y empieza a mostrar signos similares.

Esta historia tiene elementos perturbadores, en el que no tiene tapujos para mostrar.

Las dos vidas de Audrie Rose (1977, Robert Wise). Junto con la película de William Friedkin, otro icono de culto del cine de posesiones. La historia va de un padre que quiere convencer a una pareja de que la hija de ellos está poseída por el alma de su hija fallecida.

Esta cinta puede quedar fuera, porque el demonio no está presente, pero la relevancia histórica que tiene hace que tenga que estar presente. El maestro Wise vuelve a narrar una historia fantástica en la que le quiere dar una pátina de verosimilitud. Un aspecto que puede echar para atrás a aquellos que busquen sustos gratuitos, pero esta interesante película merece un visionado.

El exorcismo de Emily Rose (2005, Scott Derrickson). Para mí, la mejor cinta sobre posesiones. Una trama equilibrada, dando el mismo peso a los sucesos sobrenaturales que a los aspectos más terrenales. Basada en una historia real, la historia transcurre en el juicio a un sacerdote que dejó morir a una chica durante una sesión de exorcismo. Durante el juicio veremos la historia de Emily Rose, y cómo fue poseída, sus cambios en la actitud, su sufrimiento hasta acabar en esa fatídica sesión. También hay espacio para contar las experiencias sobrenaturales que experimenta la abogada que defiende al cura. En fin, una cinta muy completa a cargo de un director experimentado en el terror, ya que es director de joyas como Sinister (2012) y Black Phone (2021); y otra historia real donde el demonio está presente: Líbranos del mal (2014).

Verónica (2017, Paco Plaza). En mi opinión, la mejor cinta de terror española en muchos años. Plaza dirige con maestría esta historia basada en una historia real muy famosa en los años 90: El caso Vallecas. Una adolescente empieza a sufrir sucesos paranormales después de realizar una sesión espiritista con una ouija, un tablero con el que se puede establecer contacto con el más allá. Estos sucesos van escalando hasta llegar a un terrible final.

La trama puede dar pie a diferentes interpretaciones, ya que es lo suficientemente ambigua como para dudar de si las apariciones fantasmales son reales o no. Las escenas de tensión tienen el cuidado de no ser gráficas ni definitivas, sino que el espectador puede llegar a pensar que la sugestión puede ser la causante del sufrimiento de la joven. Un film que es de lo mejor de la gran filmografía de Paco Plaza, un autor con mayúsculas.

El exorcista del papa (2023, Julius Avery). Acabamos el listado con una película reciente. Una mamarrachada digna de la explotación italiana; una muy libre versión de la historia del exorcista reconocido por la Iglesia, Gabriele Amorth, que tiene que liberar a un joven de la posesión que sufre. Una de las sorpresas de este 2023, ya que sabe qué está ofreciendo, y esa honestidad la hace merecedora de ser reseñada. Eso y ver al enorme Russel Crowe montando una Vespa.