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Espada, de Anabel Colazo. Talento nacional en estado puro

La autora de obras como Encuentros cercanos y No mires atrás presentó en 2022 su último cómic hasta la fecha: Espada, un cuento de fantasía onírica. 


Ania, protagonista de la historia, por Anabel Colazo
Ania, protagonista de la historia, por Anabel Colazo

El mercado estadounidense suele ocupar gran parte de las estanterías dedicadas al cómic occidental. Tiende a ser el género de superhéroes el que reina en estos casos, con Marvel y DC presidiendo y, con suerte, algo de Image o Black Horse asomando en las esquinas. Aun así, resulta curioso cómo mucho de este material incluye autores españoles entre sus páginas: son cada vez más los dibujantes nacionales que se comprometen con las grandes casas americanas.


Podríamos estar todo el día enumerando sus nombres: Javier Rodríguez, Pepe Larraz, Carmen Carnero, Gabriel Hernández Walta, Natacha Bustos, Jorge Jiménez, Bruno Redondo… Existe un auténtico boom del talento patrio en Estados Unidos, y, pese a que los tiempos de entrega no suelen ser precisamente un consuelo, resulta notable la cifra de autores (en su mayoría dibujantes) que han encontrado trabajo y prosperidad al otro lado del charco.


Pero esto no quita que no exista un mercado apabullante en España, que, pese a no contar con las mejores ayudas al sector ni ser una potencia comiquera, no deja de sorprender en el panorama europeo por el talento de sus artistas. Recientemente se hizo público el Libro Blanco del Cómic en España, un documento promovido por el Ministerio de Cultura que trata de reivindicar a todos estos.


El tratamiento del color es el punto fuerte de Espada
El tratamiento del color es el punto fuerte de Espada

Dentro de este panorama prácticamente inabarcable, hay un nombre que lleva resonando algunos años: Anabel Colazo. La autora ibicenca es una de las grandes promesas emergentes de la plantilla nacional, con una trayectoria escueta pero de gran calidad. Tras haber trabajado en múltiples obras antológicas se aventuró en el mundo de las historias largas, siendo Espada su tercer y más ambicioso trabajo.


Es el tratamiento del color lo que más suele llamar la atención cuando se observa la obra de Anabel. Sus anteriores obras ya presentaban un uso notable del mismo, con un interesante contraste entre tonalidades frías y cálidas, así como cierta recurrencia bicromática en su increíble abundancia de detalles. Espada supone un salto de calidad tras un historial no precisamente menor, decantándose en este caso por una paleta de fríos que oscila entre el azul, el verde y el púrpura; los cálidos se manifiestan únicamente a través de suaves rosados. 


Y es que ningún aficionado del apartado artístico en el mundo del cómic puede dejar pasar la oportunidad de leer esta historia, donde la narración visual lo es todo y cada viñeta supone un nuevo mundo de fantasía en el que perder la mirada. No hay página que no sea digna de enmarcarse para presidir un cuarto bien amueblado. 


La simpleza de la figuración contrasta con la construcción de universo
La simpleza de la figuración contrasta con la construcción de universo

Pese a todo, hay que decir que Espada no destaca precisamente por su narración. Suele ocurrir que autores provenientes de la ilustración meten la pata a la hora de escribir el guion de sus propias historias, recreándose en su talento gráfico pero dejando de lado todo lo demás. Aun así, no es este el caso de Anabel: el cómic muestra una intención clara de principio a fin, sin pretender decantarse por la complejidad de sus personajes ni los giros argumentales.


Al fin y al cabo, Espada no presenta nada que no hayamos visto nunca: cuenta la historia de Ania, la heredera al trono de un mundo de fantasía que deberá emprender una aventura para descubrir el origen de la magia y reflexionar sobre la ética del poder. El cómic trata esta hechicería como una metáfora social, una manera de hablar sobre la democracia y su relación con los distintos regímenes políticos. La sutileza con la que abarca estos temas concede bastante elegancia a la narración, aunque en ningún momento se permite profundizar demasiado.


Influenciada por el cómic francobelga, la industria española presenta ciertos rasgos visuales donde, a menudo, el guion queda supeditado al dibujo: esto probablemente se deba al auge en nuestro país de los autores completos, quienes pueden permitirse narrar con la ilustración y dar rienda suelta a su propio estilo, dejando los bocadillos y los cuadros de texto en segundo lugar. Tal es también el caso del último cómic de Anabel Colazo.


Espada es una historia de contrastes
Espada es una historia de contrastes

En resumidas cuentas, Espada no es un tebeo para cualquiera. Nos encontramos ante una de esas obras que apelan al sentimiento artístico, capaces de desatar el síndrome de Stendhal con cada viñeta. Es una historia donde deambular con la vista, que disfrutar en su conjunto, de manera reposada pero, al mismo tiempo, con la rapidez que ofrece una lectura tan narrativamente esquemática.


Después de tamaña declaración de intenciones, Anabel Colazo se consolida como una de las autoras presentes más a tener en cuenta. La industria nacional debe seguir de cerca su trayectoria, pues apunta maneras. 


Ficha técnica

Nombre: Espada
Numeración: -
Editorial: Ediciones La Cúpula 
Precio: 22,90€ 
Autores: Anabel Colazo (guion y dibujo)

portada del comic Espada

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